Rafael Frontaura opina sobre el cine chileno
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EL CREADOR DE TOPAZE EN CHILE, EL IMPONDERABLE PERSONAJE DE MARCEL PAGNOL, ES UN HOMBRE DE ESPECIAL INTERES POR SU LABOR EN LAS TABLAS Y EL CINE. RAFAEL FRONTAURA ES SIN DUDA, UNO DE LOS MAS VALIOSOS ELEMENTOS COMO ACTOR QUE HAY EN NUESTRO PAIS. POR ESO, SUS  JUICIOS SOBRE CINE CHILENO LOS HEMOS CONSIDERADO DE ALTO INTERES DARLOS A CONOCER A LOS LECTORES DE “ECRAN”.

MOMENTOS ANTES DE DAR UNA CHARLA POR RADIO, SORPRENDEMOS A FRONTAURA, QUIEN NOS RESPONDE EN FORMA PRECISA, CLARA, CERTERA, A NUESTRAS PREGUNTAS. NO HAY VACILACIONES, ES EL HOMBRE DUEÑO DE LA TÉCNICA A LA CUAL RELACIONA TODA SU VIDA.

SUS DECLARACIONES SOBRE CINE CHILENO.

ecran4_29081939.jpg¿Qué posibilidades atribuye Ud. al cine chileno?

-Inmensas. Naturalmente que el establecer en forma definitiva un arte-industria como el cine, de tan complicados resortes, y que exige, aparte de enormes capitales, elementos técnicos y experiencia considerable, no puede lograrse en los primeros intentos. Lo que por ahora dificulta más el nacimiento de nuestro cine es la falta de grandes capitales, y éstos no se presentarán hasta que el cine chileno haya conquistado un mercado importante que justifique las grandes inversiones que requiere.

-¿A base de qué elementos técnicos y qué argumentos cree Ud. que debe hacerse el cine en Chile?

-Elementos técnicos materiales -nos agrega Frontaura-, o sea laboratorios, cámara, iluminación, sets, sonido, etc., han de ser los mismo que en todas partes. Por ahora tenemos de todo, pero hay que perfeccionarlo. En cuanto a elementos técnicos personales, o sea, Director, cameraman, técnico de sonido, de iluminación, de laboratorio, de guión, de decorados, etc., también tenemos algo, pero debemos esperar que vayan perfeccionándose en la experiencia y en el estudio.

En cuanto a argumentos creo que debe empezarse por temas sencillos, fáciles para todas las mentalidades, eficaces para todos los públicos, de fácil realización, de sencillo montaje y de interpretación que no requiera excepcionales condiciones. Desde luego, soy enemigo de las películas a base de obras teatrales. El cine y el teatro no tienen casi nada de común.

-¿Hay algún argumento histórico de interés para nuestro cine?

-Podríamos decir -dice Frontaura-. sin temor a equivocarnos, que toda nuestra historia patria está llena de motivos interesantísimos, desde la conquista hasta nuestros días, especialmente la Colonia y en la Independencia. Hay personajes de gran raigambre popular y de indiscutible relieve cinematográfico: Manuel Rodríguez, sobre el cual ya hizo Pedro Sienna algo en cine mudo; la Quintrala, José Miguel Carrera, y tantos otros, cuyas vidas están rodeadas de romanticismo, de heroísmo, de misterio o de leyenda, eminentemente cinematográficas: pero estimo que este género de producciones no debe ni intentarse en un cine de formación, por sus grandes dificultades técnicas, por los cuantiosos capitales que exige y por lo expuesto y peligroso que resulta para directores e intérpretes sin la inmensa capacidad que esa labor requiere. A mi me tocó intervenir últimamente en Buenos Aires en la cinta “Nuestra tierra de paz”, estampas de la vida de San Martín, y allí, a través un gasto de 400.000 nacionales, pude apreciar de cerca las dificultades casi insalvables que presentan las películas históricas.

-¿Con qué elementos formaría Ud. una compañía de cine?

-De los elementos de que aquí podemos echar mano, como directores, optaría por Jorge Délano y Carlos García Huidobro, que tienen alguna experiencia, entusiasmo y conocimientos. Ambos, en próximas producciones, nos darán a conocer su verdadera capacidad. En la cámara me gusta Egidio Heiss. En el sonido, el equipo de R.C.A. dirigido por Castro. En lo que se refiere a intérpretes, creo que una firma productora no debe contratar permanentemente nada más que a una o dos figuras de especial atracción, y a los demás elementos ir contratándolos según las exigencias de los argumentos. Todavía en nuestro cine, que está por nacer, no tenemos figuras estelares, y tardarán mucho en producirse.

-¿Cuáles son los dos mejores artistas de cine que puede tener o tiene Chile, hombre y mujer?

-Es difícil decirlo o aventurarlo, agrega nuestro entrevistado. Tendríamos que remitirnos a los trabajos hechos, de los cuales sólo conozco “Norte y Sur”, y “El hechizo del trigal”. En la primera me gustó el trabajo de Guillermo Yánquez, y no me disgustó el de Hilda Sour. En la segunda, únicamente me agradó el trabajo de galán criollo, no sé cómo se llama, creo que Angelotti. Entre los elementos chilenos que actúan en el cine argentino y van modelándose una personalidad, me parece lo mejor Emperatriz Carvajal y Pablo Vicuña. Creo que estas dos figuras jóvenes son actualmente lo mejor del cine chileno. Me parece que como actores cómicos tienen un gran porvenir Romilio Romo y Orlando Castillo. También le auguro gran triunfo a Enrique Barrenechea.

-¿Puede hacerse un cine netamente chileno?

-Por cierto. Los elementos técnicos irán perfeccionándose poco a poco, y algunos buenos elementos que andan por Argentina se vendrán acá en cuanto se intensifique la producción; me refiero a Carlos Borcosque, Adelqui Millar, Tito Davison, Luis Morales, Luis Ocella, técnico de iluminación, y muchos otros que están allí recogiendo una experiencia que ha de servirnos mucho más adelante. La confianza de los grandes capitales irá despertándose a medida que la producción hecha con inteligencia vaya ganándose al público y al mercado extranjero. Tenemos escritores criollos capaces de hacer espléndidos guiones bien chilenos, como Acevedo Hernández, Víctor Domingo Silva, Elías Arze, Mariano Latorre, el mismo Coke y, en fin, muchos otros. Los intérpretes irán destacándose rápidamente -nos dice finalmente Rafael Frontaura-, ya que los artistas chilenos son por lo general de una gran adaptabilidad. En resumen, tengo una fe profunda en que nuestro cine ha de formarse pronto vigorosamente y con un carácter inconfundible.