Once países, diescisiete mil kilómetros y tres festivales de cine contabilizó Aldo Francia, dirigente del Cine Club de Viña del Mar, en tres meses y medio de viaje por Europa. Fue una gira que redundará en beneficios muy concretos para el Tercer Festival de Cine viñamarino, que tendrá lugar este verano.
El Festival de Evian (Francia) está dedicado al cine independiente e 16 milímetro:
-El Ambiente allí es de gente totalmente dedicada al cine. Físicamente resulta exótico, con un predominio de personajes y vestimenta tipo barrio latino. Asisten muchos directores jóvenes, ayudantes de dirección, estudiantes de cine. La películas las seguían con pasión. Se les agradaban, aplaudían al final, pero si había cualquier pana o pifia en el film, chiflaban en forma contundente. Hubo 60 películas, de 17 países.
“Tuve susto, pero tanto “Un Número Menos”, de Natalio Pellerano, como mi película “La Escala” fueron recibidas en forma amable. Lo que se pudo captar en Evian, como asimismo en los otros festivales, es que en Europa no hay diferencias de nivel técnico entre el cine adicionado y el profesional. Especialmente en 16 milímetros, que es el formato para las películas de avanzada. Experimentar en 35 mm. resulta demasiado caro. En cambio, un film en 16, si resulta bueno, pude ampliarse a 35 o bien venderse a la televisión. Pude captar cómo en Europa el alto nivel del cine amateur lo convierte en semillero para el cine profesional.
Premio del público
“Hubo muchas películas que seguían la senda del Resnais de “El Ultimo Año en Marienband”. Estaban mucho más allá de Resnais. No se entendería nada, pero absolutamente nada. Ninguna de estas películas recibió un premio y muchas fueron pifiadas. En un foro que tuvo lugar en Evian para la radio francesa, planteé mi punto de vista para decir cosas difíciles hay que saber decirlas en forma fácil. “Mucho más interesantes fueron numerosas películas de cine-verdad. Había una sobre los guerrillors venezolanos incluyendo a los que capturaron al mayor norteamericano. Otras estaban ambientadas en el Congo o en Angola. El Festival “Cucu d0OR” de París fue muy diferente:
-Está dedicado al cine en 8 mm. y se exhibieron 169 películas de 55 países. La velada de clausura tuvo luar en un bateau mouche del Sena. Las damas, de elegate traje largo, y los hombre, de impecable smoking. Fue el polo opuesto a la apasionada bohemia de Evian. Es el festival del aficionado adinerado que tiene el cine como hobby. Yo llegué a la clausura con traje de calle, y jamás sospeché que un fesival de aficionados pudiera concluir con una velada de gala. Me dejaron entrar a pesar de mi tenida, porque era el delegado de Chile pero me bajé del barco a la primera oportunidad.
“El Festival de Olbia (Cerdeña) fue una mezcla entre Evian y el Cucú de Oro. Allí, mi película “Carnaval”, filmada en Río, obtuvo el premio del público. No le doy mayor importancia. Siempre he dicho que el público prefiere los films más entretenidos, exóticos o cómicos. No cambié de parecer con el premio. Sin embargo, en el próximo Festival de Viña habrá por primera vez un premio votado por los espectadores. Durante su permanencia en Europa, Aldo Francia comprometió a muchos cineastas independientes para que concursaran en el torneo chileno. Además afilió al Cine-Club de Viña a la UCAHM (Unión Cinema Amateur Huitistex Mondiale) y a la UNICA (Unión Internacional de Cine Amateur). Chile es, respectivamente, el 55° y 25° país en afiliarse a esas entidades internacionales. La UNICA además reconoció oficialmente al Festival de Viña, lo que tiene mucha importancia. Los torneos cinematográficos de aficionados se suman no por decenas, sino por cientos, y el de Viña de convirtió en uno de apenas cinco oficialmente reconocidos por la UNICA.
Sería importante que esa conquista también se tradujera en mayores facilidades de parte de las autoridades nacionales, como sería la internación temporal gratuita de las películas extranjeras. En el último Festival, el costo de internación de cada una de las 16 películas extranjeras fue de 50 escudos. En Europa las películas de aficionados transitan con la misma facilidad que los turistas.
Cine propio
El Cine-Club de Viña no sólo está dedicado actualmente a la preparación de su Festival. También lanzará su revista, “Cine-Foro”, en forma impresa (en vez de mimeografiada) a partir de septiembre y –el mayor proyecto de todos-adquirirá un cine propio para su labor. Ubicado en plena Plaza de Viña, contará con 400 buacas y modernísimos equipos de proyección en 16 y 35 mm. El plan del Cine-Club consta de vender 400 acciones –una por butaca- a E°1.250 cada una. Serán pagaderas en 12 cuotas. Si este proyecto se convierte en realidad, el Cine-Club contará con un excelente local para sus funciones de cine-arte, retrospectivas y estrenos de películas importantes, amén de sus foros.
Por el momento, todo indica que el sueño de la sala propia no es algo imposible. El propio arquitecto del teatro, Alfredo Vargas Stoller, será uno de los primers accionistas.