A 32 kilómetros de la costa. en medio de un mar austral siempre agitado, se alzan los cuatro promontorios pétreos que Hernando de Magallanes denominó «Evangelistas». Sobre la roca más voluminosa del grupo hay un faro, atendido por 5 voluntarios. Hasta allí llegó, venciendo toda clase de dificultades, el patrullero «Lautaro», de la Armada Nacional, para cumplir otra misión de abastecimiento, en febrero de este ano.
Pero esta vez en los botes que se acercaron a la roca no iban sólo marinos. También figuraban el Padre Rafael Sánchez (premio Moai 1962), activo realizador cinematográfico, y los camarógrafos Andrés Martorell y René Kocher. El objetivo de los tres cineastas era filmar en el terreno mismo un mundo casi desconocido para el resto de los chilenos. El ascenso a la roca constituye, por sus peligros, un verdadero desafío a los hombres.
—El único sitio por donde se puede subir es un muro vertical de 12 metros de altura. Indica el Padre Sánchez.
«Arriba asomaban las caras sonrientes de los fareros. Desde ellos hasta abajo caía, pegada al muro, una ancha red de bozas de cáñamo con nudos cada 30 cm. Nuestra embarcación no podía atracar demasiado por su danza de alto abajo, de modo que cada vez que subíamos hasta la máxima altura de la ola uno o dos marineros, parados sobre sus asientos, daban un salto y se prendían de la red, escalando de inmediato para no ser atrapados por la chalupa en su nueva ascensión. No había lugar a titubeos: nos tocaba el turno. Nos pusimos de pie y llegado el instante saltamos como gatos a la red.
Una vez arriba, todos se dedicaron a filmar. Kocher nos informa:
—Con tres cámaras filmamos desde diversos ángulos. Y rápidamente, para aprovechar el escaso buen tiempo.
También fue captada la gente que vive allí como tripulante de un barco encallado. Kocher señala:
—Se trata de hombres que tienen una tremenda necesidad de hablar: están allí por períodos de 5 meses. Generalmente son casados que se ofrecen voluntariamente para realizar este duro trabajo y acrecentar sus entradas económicas. El abastecimiento, además del gas acetileno para el faro, incluye ovejas para alimentación de los hombres y fardos de pasto para las ovejas. La existencia de estos hombres será reflejada en un documental.
El ascenso al peñón fue la prueba máxima que debieron afrontar los cineastas en la expedición que se prolongó durante un mes, entre febrero y marzo, por todo el extremo sur del país. Además del Padre Sánchez, director del Instituto Fílmico de la Universidad Católica, Martorell y Kocher, integraron el equipo el sonidista José González, el electricista Jorge Baldú y María Angélica Ugarte, la única mujer del grupo, como Jefe de Producción. El resultado de esta gira se concretará en cuatro documentales, sobre los cuales nos informa Kocher:
—Los documentales tratarán cuatro temas distintos, que describirán: 1) la labor de la Armada Nacional en la zona austral y su participación casi anónima, pero esforzada, en favor de sus habitantes y en la mantención de la soberanía, 2) la vida primitiva y precaria de los últimos alacalufes (quedan aproximadamente 52), 3) Puerto Williams, base y puerto de la Armada, ubicado en Navarino, y 4) el abastecimiento de los faros Evangelistas. Cabo de Hornos y Bouquet.
Los films (en color y 16 mm.. con una duración de 20 a 35 minutos) serán revelados en los Estados Unidos, donde se harán las copias finales. En septiembre próximo, para los días de Fiestas Patrias, podrían ser exhibidos para el público chileno.
Para hacer posible esta filmación, la Armada proporcionó los elementos de viaje y la Universidad Católica, la película. Esta corporación es dueña del negativo y de los derechos en general y puede vender copias a las entidades que lo deseen, destinando las primeras para la Armada También se están realizando gestiones tendientes a mostrar los documentales en la TV norteamericana, donde existe interés por tales temas.
El recorrido de los cineastas abarcó otros puntos de la costa hasta el Faro Cabo de Hornos, en el extremo sur del continente americano, donde el Padre Sánchezy Martorell descendieron a filmar nuevas escenas de abastecimiento.
Pero hubo además otras filmaciones interesantes. Por ejemplo, escenas sobre mar gruesa, con inclinaciones del barco de 35 grados a cada banda, lo que proporcionará mayor realismo y veracidad a las tomas.
También se filmó al patrullero «Lautaro» por dentro, condensando en imágenes lo que es la vida de sus tripulantes durante una travesía. En esta filmación colaboraron, como actores, desde el comandante, Roberto Benavente Mercado hasta los marineros.
María Angélica Ugarte. la eficaz colaboradora del Padre Sánchez, nos dio a conocer otros detalles importantes por su contenido humano:
—Cuando partí tenia cierto terror. Era la única mujer del barco. Pero pronto pude comprobar que una mujer a bordo trae buena suerte: el viaje fue feliz. Además, si no tuve mucho trabajo, por lo menos fui madrina de una niñita alacalufe en Puerto Edén. Pero para que el Padre Sánchez pudiera bautizarla tuvimos que trasladarnos a Isla Guarello, que, para variar, se denomina la isla de… los hombres solos.