
A comienzos del otoño de este año se exhibió en Santiago la primera cinta nacional filmada en Valparaíso bajo el megáfono de Eugenio de Liguoro. Esta película que sacudió el excepticismo criollo, se llamó «El hechizo del trigal«, y fué el primer fruto de la nueva época cinematográfica chilena. De argumento pobre y falto de lógica, interpretado por artistas noveles, que le dieron un tinte de rigidez; «El hechizo del trigal«, fué a su vez la mejor cinta del momento por su impecable fotografía, lograda con mucho acierto por elcameraman Heiss. Esta película sirvió de pauta para clasificar las producciones posteriores y aunque se creyó que «Hombres del sur» pudo haberla superado, la posteridad ha demostrado lo contrario. «El hechizo del trigal» pudo haber sido mejor, pero sólo quedó en los escalones de la mediocridad. El megáfono de de Liguoro no estuvo acertado en muchas escenas de esta cinta y, es así, como pudimos observar una falta de concordancia y lógica entre escena y escena. Los intérpretes no demostraron tener condiciones para el cinematógrafo, a excepción de Alejo Alvarez, que ahora tiene un destacado papel en «Entre gallos y medianoche». En resumen: «El hechizo del trigal» tiene el mérito de haber sido un gran esfuerzo de nuestra cinematografía sonora.