El cine nacional ha dado un paso atrás: «Las Apariencias Engañan» lo ha hecho retroceder
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Vimos “Las Apariencias Engañan”, que hoy estrenan los teatros Santiago y Baquedano. Nos desilusionamos del ancho porvenir que se le había abierto al cine nacional después de la película de Coke. El argumento es una cosa “fósil” como dirían las chicas bien. La “niña” buena (Elsa Vecksey) que mantiene a su madre (Angela Morel) y aparece el “joven” Rubén Darío (Guevara)- eterno “joven” de las comedias antiguas-que la quiere conducir por el mal camino. Todos los detalles de la película en general demuestran una mala dirección. Se nota en los primeros metros que el señor Victor Alvarez no tiene las condiciones necesarias para enfrentarse a una cosa tan seria como es una cinta de largo metraje. Claro que estas verdades desnudas van a doler. Lo sentimos mucho. Más dolerá a los eternos espectadores que acuden al cine con el laudable espíritu de ayudar a una nueva industria nacional y salen defraudados. No se ve tecnicismo en ninguna parte. Donde esto llega al colmo es cuando Celeste Grijó baila su conocida Betty Boop. Como la cámara no le daba ñangulo necesario decidieron cortarle los pies. ¡Una bailarina sin piernas! O al contrario, le sacrificaban la cabeza! ¿Una Betty Boop sin su repolluda cabellera! En fin, defectos, muchos. El sonido malo. Se nota la falta de dirección en el sonsonete meloso y pesado que adquieren las artistas. Un compás de voz que nos recordó la primera película de Liguoro, “El Hechizo del Trigal”. Analizando el trabajo de los intérpretes se señala Helia Grandón cuyo canto de sabor y alegría a la cinta. Pero ¡tan gruesa y mal enfocada! Rogel Retes se roba la película. Angela Morel muy joven para el papel de madre que representa. El film adquiere, sin embargo, cierto movimiento por las variedades, y así tenemos un baile de Carmen Brown, que revela condiciones magnìficas en su zapateo. La Betty Boop de Celeste Grijo, fuera de los defectos técnicos de que hemos hablado, aunque conocido por el público, no es malo. Mejor que otro que completa su breve aparición en la cinta. Adolfo Gallardo hace reír de veras. Un señor Blanco, muy mal. Todo el tiempo en tragedia. En resumen: Inferior a Hechizo del Trigal”, “Dos Corazones y una Tonada y “Entre Gallos y Medianoche. Muy por debajo de “Escándalo. Superior a “Hombres del Sur”

Es una lástima que el cine nacional que está dando tan buenos frutos y avanza entre tan promisoras perspectivas, haya dado un traspié con estas “Apariencias”.

Alamiro Castillo.