El título que encabeza estas líneas no es exagerado. Ya hay un ambiente de industria cinematográfica nacional. Nosotros hemos sido testigos oculares de ello. Visitamos los estudios de la Chile Sono-Film, y al hacerlo , advertimos esa actividad bullente de cosa productiva que siempre nos hemos imaginado que existe en los grandes centros peliculeros. Vimos allí técnicos, departamentos, estudios, todo estrictamente apropiado al acto, sin improvisación ninguna. «Sala secadora», «departamento revelador», «cámara impresora», son términos que allí cruzan el ambiente en forma insospechable.

Hemos tenido oportunidad de ver la filmación de varias escenas de «Hombres del Sur«, la película que ha dirigido Juan Pérez Berrocal. Toda la actividad se desarrolla en una atmósfera efervescente. Todo trajín termina en el momento en que el director pronuncia las sentenciosas palabras: «¡Cámara! ¡Sonido». Entonces se produce en el «set» la expansión del ambiente de la película. Cruza por el estudio un aire de campo y el rasgueo de una guitarra. Allí, delante de la cámara, está Chile. Nuestro Chile, el auténtico; sin tramoyas ni falsificaciones.

Durante la filmación, Juan Pérez Berrocal nos anunció el término de la filmación para hoy, el estreno de la cinta para fines de este mes o principios del próximo. Es un triunfo.

Otro tanto nos ocurrió con «El Hechizo del Trigal«, el film de la Perla del Pacífico. Allí también todo parece gritar un éxito. Artistas, cámaras, reflectores, maquillaje, todo al servicio de la entereza de una causa: la del cine nacional. El estreno de «El Hechizo del Trigal» se anuncia para mediados de Mayo. Otro triunfo.

Además está en filmación en la Chile Sono-Film, la película «Cuatro Caminos», cuyo tema es original de Gustavo Campaña; y Pérez Berrocal nos ha anunciado que un mes después de estrenar «Hombres del Sur«, comenzará a rodar una nueva cinta basada en un tema suyo que está en elección.

Y así, por este camino, van varias compañías locales y de provincia. Pasando por encima de todas las dificultades, todas las amarguras y las vicisitudes inherentes a una empresa que nace, el cine nacional se impone. Las trompetas anuncian. Abridle paso.

El cine nacional ha nacido.