Málaga, España
Santiago, Chile
Tiempo después, cuando el matrimonio Mario-Padín, incursiona en el incipiente cine nacional, con bastante aceptación de público, es llamado por la pareja para hacer el papel del bandido Neira en la película Manuel Rodríguez, (1920). Al año siguiente, Pérez Berrocal parte de gira al norte del país, como integrante de la compañía teatral de Elena Puelma, y en Antofagasta decide independizarse y montar su propio espectáculo titulado:“Película viviente”, basado en imitaciones de Eddie Polo, el popular comediante estadounidense, famoso por sus acrobacias. En los años siguientes, alterna su labor teatral con sus papeles de mimo, y en una de sus giras coincide con el director Alberto Santana, quien busca intérpretes para su película Mater Dolorosa (1925). Pérez Berrocal no sólo se integra al elenco, sino que protagoniza el corto humorístico Las aventuras de Juan Penco Boxeador (1925), dirigida por Ernesto Winter en colaboración con el propio Santana. Alentado por el éxito de público, el productor Bartolomé Giraudo, lo contrata para dirigir Canta y no llores corazón, cuyo argumento es también de Pérez Berrocal La película, además de estar filmada en hermosos escenarios naturales del sur del país, se acompañaba en sus exhibiciones con la interpretación de la canción que da nombre al film, a cargo de la protagonista, cantada por su protagonista, Clara del Castillo, su pareja artística y esposa. El filme, “que resiste cualquier crítica”, según el comentario del diario La Nación, revela a un director preocupado por superar los problemas técnicos, y presentar una propuesta artística novedosa. Pero la experiencia cinematográfica sureña no perdura, y Pérez Berrocal retorna a Santiago, donde continúa con sus actividades teatrales. Son los años en que el cine mudo nacional vive su época de oro y los estrenos se suceden con rapidez, al igual que los productores. Uno de ellos es José Letelier Varas, quien se aventura a financiar una película cuyo argumento es de su autoría y de su esposa, encargándole la dirección artística y el guión a Pérez Berrocal. La cinta se estrena con el nombre de Destino tras una desusada campaña publicitaria, convirtiéndose en un evento social más que cinematográfico. La película dura escasos días en cartelera.
Pérez Berrocal retorna a Antofagasta, y allí dirige Vergüenza, con un argumento que trata sobre las enfermedades venéreas. En el guión, escrito por él mismo, acentúa los aspectos melodramáticos, tan propios de su obra. El film enfrenta serios problemas con la censura debido a la“crudeza de su argumento”y terminada siendo calificada “sólo para mayores e impropia para señoritas”. Tiempo después, Juan Pérez hace una versión sonora, y una copia es adquirida por un servicio de salud estatal para usarla de apoyo de sus campañas profilácticas. Al año siguiente, Pérez Berrocal, se dedica a la realización de noticiarios y documentales por encargo. Una productora de este tipo e material, la Page Bros, decide incursionar en el cine argumental y le encarga a Juan Pérez, en 1930, la dirección de Canción de Amor. Pero el cine sonoro ya se ha apoderado de las pantallas y del gusto de los espectadores, y aunque el film se exhibe con acompañamiento musical, y en la prensa se anuncia como. “la primera película sonora y cantada filmada en Chile” (lo que evidentemente no es cierto), su estreno apenas es advertido por el público. Pasan los años, con un Pérez Berrocal volcado enteramente al teatro y a la radio, interrumpe estas actividades para filmar, a fines de los años 30, Hombres del sur, película con severos problemas técnicos, especialmente de sonido, que marca el fin de sus actividades como director y argumentista, aunque continúa participando como intérprete, en roles secundarios en diversos films, el último de los cuales es de 1973. En las décadas siguientes y hasta su muerte, sus afanes se orientarán a la radio, el teatro, artículos en los diarios y como dirigente gremial de la Sociedad de Autores Teatrales. En 1982, publica en Lima (Perú), sus memorias.
(Eliana Jara, extraído del "Diccionario del Cine Iberoamericano"; SGAE, 2011)