MEMORIAS DE UN CHOFER DE TAXI .- Teatro Santa Lucía y Continental .- Interprete Lucho Córdoba.
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EUGENIO DE LIGUORO es el hombre que le ha dado más glorias y prestigio a nuestro cine con sus anteriores trabajos y, a pesar de esta última producción, sigue contando con la confianza del público y la crítica poco favorable a “Memorias de un chofer de taxi”, ya que en ella se trasluce un gran deseo de superación y un cariño enorme por lo que rueda dentro de las cámaras, pero no podemos permitir que haga esta clase de películas que sólo buscan un aplauso generoso y una carcajada barata.

EL ARGUMENTO: No nos convence el que escribió Gustavo Campaña para Lucho Córdoba. Pudo haber escrito alfo mejor, pero no lo hizo. El tema es pueril, cursi, rebuscado, fiscticio. Es una comedia para teatro de barrio pobre.

INTERPRETACION: Lucho Córdoba encarna al principal protagonista, el chofer del octogenario taxi del año 1925. Y está inferior a todas sus demás actuaciones cinematográficas. Peca de demasiado teatral y abusa de los recursos de mímica que ya le conocemos en las tablas. Edmundo del Solar es la revelación de la cinta: natural, sobrio, medido. Una carta en fin, indispensable para toda película que se tenga en perspectiva. Kika, en su rol de esposa de Lucho Córdoba, regular. A veces demasiado fría e inexpresiva. Fotografía mejor. Manolita Fernández en un papel que no cuadra con sus condiciones. Elena Moreno se desempeña con naturalidad dentro de su corta actuación. Rubén Darío Guevara no tiene ocasión de lucirse y lo poco que hace lo cumple con aplomo. Lucy Lanne es un esperanza. Bonita y expresiva. Hay que tomarla en cuenta. Rey di Marías, terriblemente exagerado y teatral, como es dentro y fuera de la escena.

Agustín Orrequia se luce en su corto papel. Tiene “cancha” Formidable el movimiento de comparsa que por primera vez se olvidan de la cámara y actúan con naturalidad.

TECNICA:  Tay que decirlo. “Memorias de un chofer de taxi”, es tal vez la primera producción chilena, donde la fotografía y el sonido son parejos y brillantes, a la altura de la mejor película extranjera. Es un acierto para De Liguoro, Ricardo Vivado y Enrique Soto. La música de fondo es agradable y hay agilidad en sus escenas, efecto de una buena compaginación. La técnica supera a la parte artística y argumental.

DIRECCION: Eugenio de Liguoro, pese a sus buenas intenciones, permitió que los artistas se valieran de sus propios recursos. Si bien no estuvo afortunado moviendo las primeras figuras, y llevando a la pantalla un tema banal y de diálogos almibaradamente siúticos, en cambio tuvo un gran acierto como director de cámara e iluminación, como asimismo moviendo los “extras” que forman el marco el radio de acción donde se mueven los protagonistas.

EN RESUMEN: “Memorias de un chofer de taxi” es una película sin más pretensiones que el hacer reír con el sólo nombre de Lucho Córdoba. Se puede ver como un espectáculo de entretenimiento, pero no para buscar arte cinematográfico ni artístico químicamente puro.

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