Documental chileno de largo metraje, 1960. Dirección y relato: Leopoldo Castedo. Cámara: Castedo, Sergio Bravo, Máximo Fortis, Leandro Martínez, Música: Gustavo Becerra, Dibujos: Draco Maturana. Relator: Darío Aliaga. Este documental chileno de Leopoldo Castedo posee los dos ingredientes imprescindibles para lograr una buena película: una idea central y lenguaje cinematográfico para expresarla. Conocido historiador (mayor venta de librería, en Chile, con su “Resumen de la Historia de Chile”, de Francisco Encina). Castedo tiene perspectiva para situarse frente a los terremotos y maremotos de mayo del año pasado, en el sur de Chile, que fueron los fenónemos naturales más violentos de la historia, arrasando provincias enteras. Más que un documental, “La Respuesta” es un noticiario largo. Debió realizarse en el plazo preciso que incluyó las semanas que siguieron a los terremotos en Valdivia , y los trabajos que se hicieron en el lago Riñihue, para evitar la inundación de la ciudad, filmando en condiciones desfavorables de tiempo: lluvia, obscuridad, falta de iluminación adecuada, etc. A pesar de ellos, el documental constituye un todo homogénero. El título, “La Repuesta”, corresponde a la posición histórica de Castedo: cuando un pueblo enfrenta un desafío tremendo ( en este caso del inmimente desborde del Riñihue), reacciona según su tradición. Los chilenos lo hicieron con astucia, con entereza, con habilidad y con estoicismo. Esa es, según Castedo, “la respuesta” de Chile al inesperado y formidable desafío de los elementos naturales enloquecidos.
Técnicamente, “La Respuesta” es un film discreto, pero era imposible pedir más, dados los medios con que fue filmado: es decir, por un grupo de cameramen-varios de ellos aficionados-,captando todo lo que les parecía cinematográficamente apropiado. Además, se filmó en 16mm., haciéndose la trasposición a 35 mm en Buenos Aires. Lo curioso-y lo satisfactorio-es que se logró un lenguaje general muy expresivo, un ritmo parejo y una sobriedad neorrelista. Todos los elementos-música, relato, compaginación- se conjugaron alrededor de la idea central: mostrar, primero, el caraclismo y la reacción de los valdivianos, y también del mundo entero, hacia la tragedia: luego, la casi increíble hazaña de ingenieros y obreros al dominar las aguas del Riñihue, creándole un cauce nuevo al río San Pedro. Tratados en forma de epopeya, los dos temas de la “La Respuesta” evitan individualizar destacando a la masa. Lo que ocurrió en el sur de Chile, tanto en la destrucción como en “la respuesta” al desafío del Riñihue, fue labor conjunta, de hermandad humana. Desde las primeras imágenes- bajo los títulos-se advierte un clima especial: la veloz cámara que muestra ágilmente la tragedia, recuerda el comienzo de “Hiroshima, Mi Amor”; más adelante, el relator compara la destrucción de la naturaleza con la que produce un bomba atómica creada por el hombre. La música ambiental de Becerra es excelente. Como conclusión, puede afirmarse que “La Respuesta” es un documental muy valioso, que comunica al público tanto la tragedia de la destrucción como el optimismo de la construcción. Las fallas técnicas no aminoran su interés. (Información sobre su estreno oficial, pág. 14. Sección “Chile Filma”).