“El Hombre de Acero”. – Hemos tenido ocasión de asistir a una exhibición privada de la film nacional “El hombre de acero”, debida a la pluma de los jóvenes escritores Carlos Cariola y Rafael Frontaura. 

Está construida esta película con una delicadeza, esmero y elegancia digna de todo encomio; no habiéndose descuidado ninguno de los detalles de que han adolecido las anteriores. 

Su argumento de profunda moralidad ha sido prodigiosamente adornado de poesía, tierna y sentimental, de amores románticos y de una belleza delicada o inspiradora. Tienen sus escenas un tinte esmerado de regionalismo y al (sic) través de ollas se ha lucido con perfecta maestría los mejores paisajes de la zona central de Chile, con sus clásicas fiestas y sus queridas costumbres. 

El tema de amor es edificante, conmovedor y noble tienen algunas de sus faces el inmenso dolor de vida; la dulzura arrobadora de la felicidad y la inquietante tortura de la incertidumbre; haciendo a veces gozar, otras reír y en general conmoverse dulcemente. 

Los principales artistas que en esta vista actúan han sometido sus roles a un estudio meditado y conciente (sic), logrando cada uno de ellos vencer los detalles de la técnica y presentársenos con la perfecta naturalidad artística que superó por mucho nuestras espectativas (sic). 

El alma chilena, sincera y apasionada, se nos presenta en una de sus exteriorizaciones más genuinas, con sus lealtad noble y arriesgada, logrando estos jóvenes autores traducir con perfecta claridad estos hermosos detalles. 

En general esta film es un verdadero éxito para el cine nacional, pues se ha logrado hacer de ella una obra de arte, la que ha de ser recibida por el público con verdadero entusiasmo, logrando con esto coronar esfuerzos de sus autores y las de la empresa, que tanto han luchado por el adelanto del arte cinematográfico. – M. V. G.