Teníamos curiosidad por ver lo que había hecho en nuestro cine el directr argentino Isidoro Navarro, que asumiá la responsabilidad directiva de la primera película del sello ”Aconcagua Film”, y que estrenó el lunes la Sala Cervantes, bajo el título de “Arbol viejo”.
EL ARGUMENTO.- “Arbol viejo” es un drama intenso y para llevarlo al cine hubo necesidad de hacer una adaptación cinematográfica a la obra de Antonio Acevedo Hernández, suprimiéndole esa amargura intensa de la obra teatral, conservando sólo su esencia, la médula central, en medio de la cual viven y se mueven sus personajes. El desarrollo del argumento es lento. De una lentitud exasperante. Es el drama de la gente de nuestros campos demasiado idealizado. Muchos de sus personajes son falsos y sensibleros, pero han llegado al cine más humanizados y desprovistos de esa amargura que puso en cada uno de ellos el autor.
De todos modos, hará llorar al público de los cines de barrio, que busca drama del estilo de “Cuando los hijos se van” y “Malditas sean las mujeres”.
DIRECCION.-Ya lo dijimos. Lo más difícil para Isidoro Navarro era llevar a la pantalla un ambiente que no conocía. Pero supo salir del paso con facilidad, mostrándonos un campo demasiado teatralizante, pero que cumple su cometido. Por su trabajo, creemos que Navarro tiene un gran porvenir difícil para cualquier director que hubiera querido llevar al lienzo uns obra teatral de la lntitud de “Arbol viejo”: Sin más rodedos, creemos que la dirección está bien.
TECNICA.-Las fotografías constituyen el punto débil de la cinta. Algunas son borrosas, faltas de luz, y no exageres si fuera de foco. En cambio, tiene otras magníficas El sonido está bien, nítido y parejo. Hay que advertir que muchas de las deficiencias de las fotografías se deven a la falta de comodidades y de luz con que se filmó esta película, a lo que se agrega la mala calidad del celuloide empleado. Merece especial mención la música de fondo escrita por Javier Rengifo, y que pocas veces habíamos escuchado en nuestro cine.
INTERPRETACION.-Enrique Barrenechea tiene la responsabilidad del papel central del film, y aunque a ratos resulte demasiado teatral y exactamente, es el mejor intérprete de “Arbol viejo”. Le dio vida y ternura al personaje que se le encomendó. Eglantina Sour, en su papel de madre, confirma la popularidad que ha conquistado en el micrófono. Está medida, sobria y natural. Jorge Quevedo es, después de Enrique Barrenechea, uno de los intérpretes más dsetacados. Actúa con naturalidad y saca gran partido de su pequeño papel. Rodolfo Onetto no está en su papel. Lo mismo Américo Vargas. No le dieron la humanidad que necesitaba sus personajes. Américo Vargas, como “El Costino”, resulta demasiado almibarado y muy sentimental para el tipo de aventurero que encarna. Andreita Ferrer y Luchita Botto, a pesar de sus años, se desempeñan discretamente en los papeles de damas jóvenes que se les encomendó. Gerardo Grez se muestra como un actor de recursos en el papel de Mauro, Rodolfo Martínez, correcto y natural en su papel como de “Chicharra”. Puede dar mucho en el ine, como actor y decorador, ya que en este film luce magníficos decorados. El resto, parejo.
EN RESUMEN.-“Arbol viejo” es el primer drama llevado a la pantalla chilena. Está realizado con delicadeza y gustará al público que va a llorar al cine. Aunque su desarrollo es demasiado lento, en cambio tiene una dirección discreta, una interpretación más o menos pareja, técnica que le falta poco para ser perfecta, y una música agradable y de buena factura.