RIO ABAJO-Cervantes y Santa Lucía.-Alma Montiel, Carlos Mondaca, Blanca Sáez y Hernán Castro Oliveira.- Costumbrista.-Dura 1 hora y 25 minutos.-Para mayores.-CHILENA.
Con buen augurio comienza el 50 el cine chileno. “Río abajo” no es un film admirable, adolece de cierta lentitud (mal endémico en la producción nacional), pero, sin embargo, deja un saldo favorable. El espectador no la ve por cumplir con el cine chileno. La historia tiene simpatía, gracia y una emoción apacible. De los “Cuentos del Maule”, de Mariano Latorre, se extrajo esta historia, filmada íntegramente en las márgenes del Aconcagua, en Concón. Alma Montiel encarna a la chinita de tierra adentro enviada “a servir” en una casa del pueblo, para luego ser tentada por caballeros que prometen vestidos y joyas. La actuación de Alma es lo mejor que se conoce en el cine chileno. Trabaja casi todo el film con el rostro agreste, sin maquillaje, y logra transparentar un vigor y una naturalidad no vistos en otro film chileno. Puede decirse que ella es toda la película.
A su lado. Carlos Mondaca compone un “futre” meritorio que hace amena la narración. Blanca Sáez es una satisfactoria Celestina, aunque a veces monotoniza mucho sus parlamentos. Hernán Castro denota un franco progreso como galán: desenvuelto y sencillo, pese a no cuadrarle el papel (resulta excesivamente caballerito como pescador). Gabriela Roepke, correcta en su joroba. El pecado del film está en la interpretación desteñida y falsa de Kanda Jaque y Jaime Amunategui, que acusan no poseer condiciones para el cine. El film podría mejorarse cortando sus partes. Faltó cuidar el carácter de los personajes en ciertas escenas: el pescador debió saber la clase de casa en que trabajaba la muchacha y mostrar su inquietud o sus celos gradualmente. El truco del baile de gala, bien hechi, pero pierde su brillo al extenderse demasiado. Miguel Frank revela creciente progreso como director, desde su última cinta. Alvarez Giménez.
EN RESUMEN: A nadie defraudará, pese a ser chilena, Alma Montiel es el ídem el film.
