En diversas ocasiones hemos tratado en estas páginas sobre los diversos tópicos que se refieren al progreso del teatro chileno, y ahora lo hacemos con sumo agrado respecto a la Cinematografía Chilena, que no ha tenido el apoyo y el esfuerzo que se merece, pero que hoy en día parece orientarse hacia una finalidad.
La Minerva Film, que ha impresionado últimamente su película «Uno de abajo«, y que ha constituido un éxito halagador, demuestra que los argumentos nacionales son un amplio campo inexplorado, y pueden y deben ser una fuente de progreso para el arte mudo entre nosotros.
Sabemos que Pedro Sienna, y un buen conjunto de aficionados a la pantalla, están filmando «Los payasos se van» sobre el argumento de la aplaudida comedia de Hugo Donoso, y que la interesante novela «Un perdido» de que es autor Eduardo Barrios, también será llevada a la pantalla. Esto es profundamente alentador, para cuantos dan parte de sus actividades a las múltiples concepciones del arte, y abre un nuevo campo de acción: la adaptación del arte mudo de las obras teatrales y literarias que más aceptación han tenido.
El teatro chileno, que marcha ya con algo de seguridad y con una labor constante, puede dar interesantes argumentos al futuro Cine Chileno, pues nuestras costumbres y modalidades, nuestros paisajes y ciudades impresionadas en el lienzo tomarán una vida nueva y poderosa, que irá más lejos y perdurará más que la vida de la representación, que desgraciadamente es por ahora bastante efímera.
Al dejar constancia de estas actividades cinematográficas, que hablan muy en alto de la fe y tesón de estos luchadores que para muchos graves «bolsistas» solo serán unos ilusos, queremos hacer llegar a ellos nuestros aplausos sinceros y poner estas páginas a su disposición para cuanto sea menester en pro de difundir esa labor y allegar un grano de arena de entusiasmo para quebrantar la apatía con que aún se recibe entre nosotros a todo lo nacional.
La industria norte-americana solo pudo surgir, cuando un sabio nacionalismo inculcó que era deber el protegerla, y en arte ello es más preciso pues éste no debe ser un trasunto de cosas extrañas, cuando tenemos los medios de sentir y expresar nuestras bellezas y defectos que nos interesan mucho más que el sentir de otras razas y otros países.
–
Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original