Jorge Délano ha realizado una película distinta a todas las películas. Su diferencia con la mayoría la tiñe de singular originalidad, y es, si se quiere, desconcertante y audaz, así como es Hollywood; pero, es una película de renovación, un trabajo cinematográfico de señalada línea artística y de gran espiritualidad, que levanta el nivel de nuestro cine y agrega un escalón luminoso al progreso del arte cinematográfico chileno.
Qué satisfactorio resulta al comentarista que siempre ha seguido el propósito de alentar todo esfuerzo del cine nacional, no necesitar de reticencias y poder decir con decisión, con franqueza y entusiasmo que en esta última producción, Jorge Délano ha dado al cine chileno una verdadera película.
En “Hollywood es así”, Coke nos muestra a la ciudad del cine con sus ilusiones y desengaños, con sus bellezas y sus miserias, en bien logrados contrastes de emoción y de humorismo ingenioso, llevándonos al concepto espiritual de su desarrollo con movido interés y perfecta unidad de acción. La aplicación de trucos, sus buenos enfoques, su fotografía, sonido e hilación conseguida en escenas dispares nos hacen ver con realismo bien buscado y con dobles bien escogidos, el desfile de estrellas de la pantalla norteamericana en la vida interna de los estudios hollywoodienses. Y allí, María de los Andes, la protagonista de esta simpática y liviana historia, llegada de una ciudad chilena, vive también las alternativas que están reservadas a las muchachas ilusas que van hasta allá en busca de la celebridad y de la gloria.
El director supo seleccionar a sus intérpretes, y los intérpretes supieron cumplir con brillo. María Maluenda consigue colocarse en sitio de preferencia entre las artistas que han afrontado nuestras pantallas; desarrolla su acción con matices bien marcados y en la hermosa escena de la conversación telefónica, subraya la nota emotiva con abarcada línea artística, y Ricardo Moller, al caracterizar en forma sobresaliente a un director extranjero de producción, se revela como un actor de innegables facultades, que sabe dar vida a un personaje de tan difícil composición. Pedro de La Barra realiza una labor de visible naturalidad, que no es fácil conseguir desde los primeros pasos en el cine, y Guillermo Yanquez confirma las condiciones que ya ha demostrado en otros trabajos cinemáticos. También merece una señalada nota la actuación de Ítalo Martínez, al marcar con relieve al viejo actor que pasa añorando las glorias del teatro clásico, como asimismo, Fanny Ficher, Maddy Paulin, Agustín Orrequia, Jorge Quevedo, Rolando Caicedo y otros muchos, sin olvidar a Pablo Garrido en la sincronización musical, que han sabido corresponder con entusiasmo y temperamento a las sugerencias de su director.
El tesonero espíritu de Coke ha triunfado esta vez.