En la huella del cine chileno: Muchos errores en el libro de Alberto Santana
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HAN LLEGADO algunas cartas a nuestra redacción en relación con la nota que publicamos sobre el cineasta Alberto Santana en la edición N.º 1.794. En ellas se nos pregunta, por ejemplo, en qué ocasión publicamos el comentarlo crítico sobre su libro.

Bien. Quien escribe estas notas sobre la trayectoria de la industria cinematográfica en Chile se refirió extensamente a esta obra en el suplemento dominical de «La Nación» del 27 de octubre de 1957. Por considerarla de interés en esta ocasión, y debido a les reiteradas peticiones, extractaremos los acápites mas destacados de este comentario:

«Para quienes conocieron los trajines del señor Alberto Santana, este libro de 64 páginas ha resultado una verdadera desilusión. Un folleto se hizo después de andar durante más de diez años recogiendo cuanta fotografía encontró en poder de las personas a quienes entrevistaba. Pero la desilusión no es fruto sólo del aspecto escuálido del libro, pues siempre, a pesar de ello, éste tendría un valor relativo, sino debido al cúmulo de datos tergiversados que en él encontramos, tanto o más que los acumulados en montones de crónicas de prensa, a las cuales poco se les puede pedir en lo que a exactitud de fechas y detalles se refiere, ya que quienes las escriben en ningún caso están desempeñando el papel de historiadores o recopiladores de datos.

«Empezando por el prólogo, nos encontramos con que éste es parte de una carta de Pedro Sienna, publicada por Santana en una crónica aparecida en «La Patria» de Concepción el 1.° de enero de 1946. El resto de la carta la diseminó a través del texto sin mencionar su procedencia. ¿Es esto serio? No. Naturalmente.

«En la página 27 publica una nómina da películas mudas filmadas en el país. Apa­recen 87, incluyendo algunas que no se filmaron nunca, como «Un idilio en la Montaña», por ejemplo. Todas aparecen con su año de estreno al margen. 64 figuran con fecha equivocada. Veamos dos: «La Envenenadora» y «La Calle del Ensueño» son de 1929. Están consignadas en 1923 y 1926 respectivamente. A «Golondrina«, el gran éxito de Nicanor de la Sotta, le inventa una burda historia. Dice que cuando sus realizadores la presentaron a distribuidores y periodistas, éstos la encontraron tan mala, que resolvieron guardarla en un rincón. Pero una noche ardieron las oficinas de la Paramount y en el incendio se quemó la copia de «El Ladrón de Bagdad», el estreno del día siguiente. Esta fue la salvación de «Golondrina«. La sacaron de su forzado retiro y la estrenaron como un caso de emergencia, para salir del apuro. El hecho de que la cinta fuera anunciada con una semana de anticipación y que en aquel año ninguna oficina distribuidora fuera destruida por el fuego, desmiente rotundamente tal versión. De esta manera, en cada página encontramos datos cuyos errores son imperdonables en una obra que desde un principio se consideró como una fuente de consulta. Varios nombres de cineastas aparecen cambiados. El autor del argumento de «Todo por la Patria» fue el músico español Luis Retana y no Alvaro Retana, un escritor pornográfico de la mis­ma nacionalidad. El barón Von Teuber, que filmó tres películas en Valparaíso, era Francisco y no Enrique; en cambio Francisco Mujica, director de «Esperanza«, figura como Ernesto, y Enrique Vico, director de «Llampo de Sangre«, aparece como Antonio. Notamos la ausencia de un centenar de personas. A Luis Vicentini, Jorge Infante Biggs y Luis Meneses, que murió trágicamente en el norte mientras enfocaba con su cámara a un avión en movimiento no los nombra para nada.»