Crítica cinematográfica: “Tres miradas a la calle”
Películas relacionadas (1)
Personas relacionadas (1)

Nacida al amparo del entusiasmo cinematográfico del director y productor Naum Kramarenco (34 años, porteño, especializado en documentales), de un grupo de intérpretes -9 actrices, 19 actores-, y un equipo de 7 técnicos, esta cinta significa un estimable paso adelante en la estancada producción nacional (ERCILLA 1.152, pág. 22). Filmada utilizando elementos de asequible alcance-las calles, tipos arrancados a la realidad ciudadana-, su realismo no sólo se limita a sus imágenes, sino al exiguo capital empleado en su producción (12 millones, en ves de 60 que se consideraba el mínimo de costo), abriendo así doble ruta, artística y económica, que puede influir en la curación de la parálisis del cine chileno.

Estas “Tres Miradas” incluyen un trío de historias de diversos ambientes e intención. La primera -“María”, dura 30 minutos- narra primariamente el consabido drama de humilde madre soltera (Orietta Escámes). La segunda -20 minutos, “Cosas de Arica”, la más endeble de contenido y realización- cuenta una anécdota del contrabando ariqueño. La última -30 minutos, “Ojos de Gato”- obtiene condensado suspenso en torno a las nocturnas aventuras de un cajero (Marcelo Gaete), fascinado por la hipnótica mirada y otros atributos turbadores de una voluptuosa “Dama de Negro” (Marilú Martin).

Aunque puedan señalarse en los tres relatos vacilaciones y tropiesos, sorprenderán a muchos por los acertados destellos de dirección, los felices enfoques neorrealistas de la cámara (Hernán Correa), los descubrimientos de intérpretes anónimos (como el obrero curado de la primera historia -Roque Pellegrini-, estucador en la vida real en la Población Arauco), y en la revelación de posibles talentos para nuestra pantalla, como Orietta Escámez y Marcelo Gaete.

Con agrado, reconocerán los espectadores ángulos y rincones santiaguinos. Aparece el Parque Forestal al amanecer, la esquina Ahumada-Huérfanos, la Alameda y visiones de los barrios obreros.

EN RESUMEN: “Tres Miradas” de aliento al estancado cine nacional.