Realizador y actor del cine mudo y sonoro chileno y francés. Destaca también como escultor y cumple además funciones diplomáticas. Sus estudios los realiza en el Seminario y Liceo de Concepción, y tiempo después se traslada a Santiago, donde se desempeña como Jefe de la Oficina de Garantía de la Bolsa de Comercio. Allí lo descubre el  director Carlos Borcosque, quien motivado por la apostura física de Jorge Infante, acorde con los cánones imperantes de la época, le encarga el rol protagónico en su primera película, Hombres de esta tierra. (1923). Borcosque  acierta plenamente y Jorge Infante se convierte en uno de los galanes  del cine mudo chileno, gozando del favor público. Luego participa en otras dos cintas del mismo Borcosque, Traición y Martín Rivas, siempre como protagonista. Ese mismo año viaja de agregado cultural de Chile en Francia, país donde profundiza sus estudios de escultura. Poco  tiempo después, traba amistad con Adelqui Millar, realizador y actor chileno radicado en Francia, quien lo invita a actuar en El navío ciego (1927). La película es exhibida ese mismo año en Chile, presentándose como muestra de la labor de  dos chilenos triunfadores en el extranjero. El cine mundial vive tiempos de cambios, y con el advenimiento del sonoro surgen fórmulas nuevas: los estudios norteamericanos Paramount instalan una sede en Francia, en Joinville-le-Pont, y por recomendación de Millar, Infante es contratado como supervisor y director de la versión española de películas originalmente filmadas en inglés. Algunas de  ellas: La dama que ríe (1929) y Salga de la cocina (1930). Posteriormente, forma parte del elenco de actores de Luces de Buenos Aires  (1931), film de Millar en que el astro absoluto es Carlos Gardel. En 1934 retorna a Chile y se vuelca por completo a su trabajo de escultor. Sólo hacia 1946 se reincorpora al cine, este vez como realizador de documentales y cortos publicitarios. Cuando Millar -a quien considera su maestro- regresa a Sudamérica, viene a Chile a filmar algunas escenas  de Tormenta en el alma, (1946), Jorge Infante cumple labores de Jefe de Producción. Entre sus  proyectos cinematográficos se cuenta la realización de un documental sobre el Himno nacional, pero que  finalmente  nunca llega  a estrenarse, siendo  Cien años del carbón en Lota , (1953), su último trabajo cinematográfico. Luego –y hasta el final de su vida- se consagra de lleno a la escultura, ejerciendo durante un largo período el cargo de Vicepresidente de la Sociedad Nacional de Bellas Artes. Entre su obra escultórica, se destacan los bustos dedicados a  Francisco Bilbao, y Madame Curie.  

(Eliana Jara, extraído del "Diccionario del Cine Iberoamericano"; SGAE, 2011)