Un túnel de más de 100 años de historia ha quedado a las inclemencias de la naturaleza, dejando un cadáver de un tiempo donde la explotación carbonífera conectaba el litoral con el cordón ferroviario nacional. Es un espacio extraño donde en una pequeña curva en el centro se genera una oscuridad absoluta. Registrando sus sonidos imperecederos y percutiendo el ambiente con dispositivos maquínicos, los artistas generan la apertura a nuevas sensaciones carentes de calor y luz pero completas de sonidos, en un ambiente conquistado por la naturaleza y abrazada por el tiempo.