LA INTENCIÓN de este film, realizado con loable esfuerzo, es producir la risa por todos los medios posibles y con ingredientes ya sometidos a prueba por Lucho Córdoba. ¿Resultados? Efectivos desde ese punto de vista. El público no escatima la carcajada y aplaude muchas situaciones que José Bohr injertó con acierto. No podría exigirse más, porque este género jocoso, de por sí difícil, campea en un clima de concesiones no superadas aún por otras industrias de mayor envergadura que la nuestra. “Tonto Pillo” luce buenos y regulares materiales cinematográficos que insinúan una magnífica posibilidad que habrá de fructificar a corto plazo. Reafirma, además, el hecho innegable que Córdoba sigue siendo la figura máxima de la pantalla criolla. Dueño de valiosos recursos histriónicos, es como la columna vertebral en el elenco que encabeza y donde se destaca, aunque con menor relieve, Olvido Leguía. Le siguen en méritos Ester Soré, Rubén Darío Guevara, Pepe Gixé, Nano Torti, Amparito Landaeta, etc. Buenos los decorados de Carlos Godofroy y Alfredo Torti. Simpática la música de Fernando Lecaros. A veces magnífica la fotografía de Martorell.
Esperemos ahora los próximos estrenos nacionales, que también se deben a los empeños de Producciones José Bohr.