A pesar de las buenas referencias que teníamos de esta cinta, no creíamos encontrarnos con una producción tan bien presentada y cuajada toda ella de detalles del mejor gusto artístico, algunos de ellos de verdadero mérito. Otro punto que se ha resuelto en El desarrollo de un pueblo es la nitidez de la visión, pudiendo afirmarse que es la película más clara que se ha manufacturado hasta ahora en el país, habiéndose presentado en ella con toda claridad los interiores de la Cueva del Milodón de Última Esperanza, lo que han tildado los entendidos como una proeza del arte mudo.
Fuera de algunos ligeros detalles fácilmente subsanables, la cinta se desarrolla en todo su transcurso con la misma corrección. Estimamos que en vista del éxito obtenido, los señores Bohr e Ivovich son merecedores de la subvención que han solicitado de la comisión pro centenario.
Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original.