Es verdad que antes de ahora se habían hecho cintas que describían peleas de box y que pueden considerarse deportivas; pero la que merece francamente ese título es Músculo y cerebro, pues ella abarca todas las actividades deportivas chilenas, muestra los dirigentes, atletas en pleno trabajo y define la historia del deporte. La cinta está bien tomada por Carlos Borcosque, que es hombre que ha demostrado saber lo que hace en esta materia; notamos algunas deficiencias en la filmación de la parte correspondiente a la aviación; pero en cambio, en las demás partes el lente fue preciso, dando la idea viva del valor de las escenas.
Esta cinta registra, como hemos dicho, todas las actividades deportivas del país, desde el box a la natación, deteniéndose a detallar los deportes en sus aspectos más esenciales, para dar una idea clara de lo que son y lo que significan. Vemos los precursores del box, como los maestros Budinich y Heriberto Rojas; vemos la sonrisa de hombres tan populares como Sánchez, que hoy se dedica a enseñar su arte que tanta fama le dio. Vemos la historia del box marcada por los antiguos y nuevos atletas: están todos, el primero y el último. Chile tiene magníficos boxeadores y en todos ellos palpita el espíritu aventurero de la raza, que les impulsa a ir en pos de laureles a otras tierras más perfeccionadas en el deporte. Así tenemos a Juan Beiza, batiéndose fieramente en Panamá, a Romero Rojas y Vicentini en Estados Unidos, donde competirán inmediatamente con colosos del pugilismo de esta gran República, donde este arte ha alcanzado un prodigioso desarrollo, y a donde convergen el músculo internacional, buscando bañarse en el oro que desborda de ese país quimérico y estupendo. Y nuestros atletas no han tenido la suerte de iniciarse poco a poco: no, Vicentini peleará con Pal Moras, uno de los más indicados candidatos al campeonato mundial de su peso, y Romero Rojas, tal vez con Floyd Johnson, una realidad palpitante del box norteamericano.
Pasan por la cinta los campeones de tennis, los hermanos Torralva, que hacen una brillante demostración de su elegante arte. Nuestros atletas, que fueron a la República Argentina, también desfilan por esta cinta. Borcosque ha estado muy feliz cuando ha logrado enfocar a los atletas en el desarrollo de su admirable arte. Son verdaderamente hermosas las demostraciones del campeón de salto de la garrocha, Sansot, como la de Benaprés, Orrego y lo corredores de distancias cortas. El público aplaude entusiasmado la perfección del estilo y la belleza de hombres, de los atletas. El público ama a sus atletas y nosotros sabemos que dentro de cada espectador vibra un atleta capaz de ir a la conquista de laureles olímpicos. Se ven en la cinta los aviadores chilenos Aracena y Barahona, y el nervioso e indisciplinado Lagreze.
En box se hace una demostración de la manera de prepararse científicamente, y esta demostración da oportunidad de conocer o de ver a nuestros grandes atletas; cada uno demuestra un sistema de alcanzar la verdadera forma, la que da el máximo de la fuerza. En natación, además de la serie de saltos ornamentales y de la fotografía de las chicas atléticas santiaguinas, se hace una demostración de las más ventajosas formas de nadar y de los más prácticos salvamentos. Se ven los muchachos de la Escuela Naval, los club de regatas y los ciclistas porteños. En materia de ciclismo, la cinta es completa: desfilan por ella todos los ases, desde Pau hasta el bravo Bermejo. También se ve la vida pintoresca y esforzada de los excursionistas.
El sistema de trabajo de Vicentini y su actuación cinematográfica puede apreciarla el público en todas sus partes, y de la cinta puede sacar como consecuencia clara, que los chilenos tienen en todas sus clases sociales un empuje ingénito, un empuje de raza, como lo demuestran los Plaza y los Miquels. Aquí no hay diferencias, názcase donde se nazca, si se nace en Chile. Músculo y cerebro ha venido a ser una clara demostración del esfuerzo de la raza chilena, que puede llegar a ser, cuando se eduque y se comprenda, la base de una estupenda civilización. También la cinta enfoca, como un homenaje merecido a los dirigentes del deporte en todas sus especialidades, dando brillante remate con ello al espíritu francamente histórico que se tuvo al filmarla.
Creemos que esta cinta, que tan alta significación nacional tiene, debía exhibirse en todas las escuelas y cuarteles de la República, en todos los teatros populares, en todas partes; es necesario que todos la vean; que todos comprendan la obra civilizatoria del deporte que da impulso a la raza, apartándola de todo lo que pudiera empequeñecerla. Entrega también la cinta a la consideración del público el concepto que el Excmo. don Arturo Alessandri y el Ministro Labarca H. tienen del deporte, y desde luego demuestra que debe atenderse mejor a sus cultores, dándoles, por lo menos, facilidad para tomar parte en las grandes justas internacionales, donde pueden palpar todas las influencias civilizadoras de la cultura física. Creemos, pues, un acierto la filmación de esta cinta, demostrativa de nuestros empujes raciales.
Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original.