CADA AÑO, en Sestri Levante (Italia), se realiza un Festival de Cine Latinoamericano, que tiene la gran importancia de proporcionar una visión en conjunto de las películas de los diferentes países americanos y además las enfrenta con la crítica europea. Chile estuvo representado este año por “Amerindia” y “El Cuerpo y la Sangre”.
Al respecto, Peter Baker escribió lo que sigue en la revista “Films and Filming”:
“Amerindia”, largometraje de un viaje por Sudamérica, en una primera película (en colores) de los chilenos Sergio Bravo y Enrique Zorrilla. Su tema básico es la búsqueda de la influencia negra sobre la vida latinoamericana. Un material interesante se utiliza en forma convencional y carente de imaginación. A ratos tuve la impresión que se esperaba del espectador que se deleitara con la sencilla pobreza de los indios (¿qué diferencia hay entre él y el viejo burro del campesino?). Pero la película es básicamente inocente y no políticamente viciosa.
“Una primera película de Rafael C. Sánchez, de Chile, llamada “El Cuerpo y la Sangre”, tiene un buen nivel técnico. Pero la doméstica historia de la niñita cuyo hábito de ir regularmente a la iglesia logra reunir nuevamente a sus padres separados, me resultó demasiado ingenua. Y no sólo para mí, sino también para el público del festival, que con toda justicia pifeó esta obsesiva yuxtaposición de vida familiar con momentos de la misa. No me sorprendió cuando posteriormente descubrí que la película estaba auspiciada por la Universidad Católica de Chile. Ya sabía que no podía ser el Kremlin.