«Canción de amor»
Autor del artículo: Ecran / Medio: Ecran
Publicación original
Título: «Canción de amor»
Fuente del artículo: Revista Ecran, nº15, 23 de septiembre de 1930.
Descripción: Comentario tras el estreno de la primera cinta sonorizada chilena.
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Largo tiempo había transcurrido sin que la pantalla de nuestros teatros presentara una obra teatral realizada en el país. Ha venido a interrumpir el letargo de más de un año «Canción de amor«, película sonora del estudio de los hermanos Page, estrenada con ruidoso éxito en el Teatro Coliseo.

Dados los recursos de que se logra disponer en Chile, esta cinta es una manifestación de la que se puede hacer aquí cuando se conectan elementos de cierta homogeneidad bajo una dirección artística que sabe aprovecharlos.

A la excelente filmación, une esta película la sonoridad, cosa que no pensaba nadie que pudiera realizarse en el país, sin las costosas instalaciones de que nos hablan las descripciones de los estudios norteamericanos. «Canción de amor«, de la manera que ha sido filmada, constituye un «tour de force», digno del mayor elogio.

El argumento de la cinta no ofrece novedades de estilo corriente, con ribetes de cursilería si se quiere; pero el desarrollo está llevado de modo que las alternativas de los detalles despiertan no poca atracción en el espectador. Se trata en la obra el eterno tema de la novela amorosa del joven pobre y la muchacha opulenta, quienes después de muchas idas y venidas, de desprecios y reconciliaciones acaban por formar el hogar anhelado. La obra ha sido realizada con pies forzados, a fin de dar lugar a la reproducción de hermosos panoramas y a la participación de los bomberos en un incendio bastante bien simulado.

La presentación escénica no se distancia considerablemente de muchas buenas películas extranjeras. Ofrece vistas interesantes de la capital y sus alrededores; paisajes campesinos y bellísimos cuadros en que nuestra naturaleza se muestra exuberante de hermosura.

La fotografía contribuye, poderosamente, a que el público vea con interés esta cinta. La cámara ha recogido, inteligentemente, detalle que dan especial realce a las escenas. La amplitud y variedad de escenarios manifiestan que una mano experta, artísticamente dirigida, intervino en el manejo del objetivo.

Los improvisados artistas que participan en la película, encabezados por Duque Rodríguez y Alicia Valenzuela, hacen trabajo muy meritorio, demostrando que poseen facultades que ejercitadas bajo una buena dirección, puede convertirlos de aficionados en excelentes actores.

La música, bien elegida, ha sido adaptada con acierto y buen gusto a las alternativas de los sucesos. La sincronización de algunas de las partes revela un esfuerzo considerable que, no muy perfecto todavía, puede llegar a ser enriquecido en una nueva oportunidad.

Elogio especial merece la dirección de la cinta que, en el conjunto de los detalles, revela notable maestría y atenta observación. Han sido empleados para la realización de la película recursos artísticos que hablan muy alto de la pericia del director, quien ha sabido aprovecharlos y por saber hasta ha echado mano de «dobles», auxilio que requiere especial dedicación, porque de otra manera, la cosa sería desastrosa.

Claro que la obra tiene algunos lunares, pero hay que tomar en consideración que no puede empezarse por una cosa perfecta. Si los hermanos Page continúan en la labor comenzada y que ha encontrado franca aceptación en el público, las nueva producciones de su estudio irán siendo mejores, hasta alcanzar el triunfo definitivo. Para la próxima ocasión, les aconsejamos que den importancia al argumento, que la acción se desarrolle, en lo posible, en escenarios naturales que pueden elegirse muy hermosos en el país. Deben llamar a cooperar a buenos elementos artísticos, que no es difícil reunir en Santiago, sabiendo seleccionarlos y, finalmente, evitar los «dobles», por disimulados que sean.

La censura ha aprobado la película para ser vista por mayores y menores de 15 años.

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