Mediometraje. Chileno. Productor: Jorge Di Lauro, con el auspicio de Compañía de Acero del Pacífico, y la colaboración de la Universidad de Chile. Sonido: Jorge Di Lauro. Fotografía: Sergio Bravo. Fotografía nocturna: Horacio Walker. Ayudante de cámara: Leonardo Martínez von Vriessen. Compaginación: Nieves Yankovitch. Dirección: Jorge Di Lauro. Guión y animación: Nieves Yankovitch. En colores. Duración: 57 minutos.
Una visión minuciosa, exhaustiva y admirada de Rapa Nui muestra este mediometraje de Jorge Di Lauro y Nieves Yankovitch. Enfoca a la isla en todos sus aspectos y busca establecer equivalencias étnicas, estéticas y físicas entre el pasado milenario y el presente. Conjuga con bastante habilidad y dominio del género las grandes constantes de la naturaleza, y las actividades da un día y una noche en esas lejanas latitudes, descubriendo cada paisaje, rincón e individuos.
El guión de Nieves Yankovítch no se ciñó al patrón convencional, ni buscó adjetivaciones con miras a la promoción turística. Entonó un himno a la belleza y misterio de esta región, patrimonio nacional desde 1888 y tuvo la frase precisa para recordar a Policarpo Toro Hurtado, el primer chileno rendido ante sus encantos. El tono de lirismo y la eliminación de acotaciones explicativas produce un efecto curioso y en ciertos momentos desconcierta, pero posee valides y consigue instantes de gran belleza.
El material fílmico es, por lo general, excelente. Di Lauro es un cineasta avezado, unido a un equipo igualmente experto y de su esfuerzo común salló algo diferente, un reportaje inteligente y sentido para un tema que parecía no admitir nuevas variaciones a fuerza de ser tan explotado y trajinado por toda clase de organismos informativos y aficionados. Tal ves el aspecto más interesante sea aquel que establece elocuentes equivalencias entre el isleño actual y la fascinante iconografía pascuense, entre la eternidad de totems, mohais y viejos dioses de una prehistoria desconocida y la vida tranquila, amable y siempre algo misteriosa del actual habitante de esas mismas tierras.
Los rostros mostrados con delectación por la cámara, reproducen actitudes, gestos y rasgos en consonancia armónica con el paisaje. Una fotografía, en algunos casos excepcional y siempre correcta, da categoría al documental y permite descubrir enfoques diferentes. Nada escapa a esta crónica admirativa, ni los viejos Rongo-rongo. con sus escrituras indescifrables, el extraño juego del Kai-Kai, las extensas planicies, la vida laboriosa, y la presencia del mar.
«ISLA DE PASCUA» es un intento serio que descubre perspectivas y ángulos inéditos, con una fotografía valiosa y efectiva que alcanza, en el caso de las tomas de noche, algunos momentos de verdadero virtuosismo. BUENA.