CONTROL DE ESTRENOS: “El diamante del Maharajá”
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CON escenarios fastuosos y un gran despliegue de personajes y recursos técnicos, Chile Films ofrece una película cómica, cuya valor histriónico reside en la interpretación de su figura principal, el actor argentino Luis Sandrini, que en esta cinta supera todas las actuaciones bufas que hasta ahora se le hubieran confiado. Gracias, pues, a su intervención, el film hace brotar continuas carcajadas, especialmente durante los dos primeros tercios, en que la vena cómica se mantiene sin decaer un momento. Hay chistes de calidad, que Sandrini adereza con su espléndida mímica y su naturalidad realmente sorprendente. Al final, la acción languidece un tanto y hasta se notan en ella ciertos vacíos que afectan la continuidad. Como la cinta es una permanente bufonada, no tienen dentro de ella mayor importancia los distintos acentos de los personajes. En otra forma, habría chocado la mezcla de las entonaciones argentinas y chilenas que se mezclan en los diálogos de los actores. Junto al trabajo de Sandrini, el de los otros caracteres secundarios casi no tiene importancia. Se destaca, sin embargo, Guillermo Battaglia, con episodios de francia comicidad, especialmente aquel en que enamora a una de las damas del harem, sin sospechar que se trata del protagonista. Toribio, ataviado con ropas femeninas. Correctos, Rafael Frontaura y Sallorenzo en sus respectivas actuaciones. Muy bonita aparece María Teresa Squella en su corto papel. Chela Bon está fuera de carácter y de ahí que esta actuación suya no tenga el mérito de las anteriores. Lo mismo podemos decir de Horacio Peterson. La dirección de De Ribbon es atinada, aunque con tan magníficos condimentos resulta fácil aderezar una producción de la característica de “El Diamante del Maharajá”. Excelente la fotografía. Como defecto digno de destacarse, podemos señalar que el elemento femenino que compone el harem no está a la altura de la riqueza que despliega el film.