Valdivia filmó «Chillán»
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Vinicio Valdivia —que ya ha realizado notables documentales de divulgación científica— vuelve a lograr un nuevo éxito al entregar un film sobre el «Plan Chillán». Antes de dar a conocer detalles específicos sobre la calidad cinematográfica de esta película, quisiéramos informar brevemente sobre el «Plan de desarrollo agrícola e higiene rural de las provincias de Maule, Ñuble y Concepción», en el que está empeñado el Gobierno de Chile en combinación con el «Programa de Colaboración Técnica de los Estados Unidos». Según estudios realizados por distintas reparticiones públicas e instituciones particulares, poco a poco se fue llegando a la trágica conclusión de que si no se remedia oportunamente el mal, Chile quedará con tan pocas tierras cul­tivables que muy pronto habrá que importar los alimentos indispensables para el diario sustento. El peligro más irreparable era el de la erosión, producida por el avance de los ríos, que iban carcomiendo más y más las zonas de cultivo. Para poder atacar este mal se hace indispensable emprender una verdadera campaña de cultivos racionales, unidos a otras medidas de carácter técnico que no nos corresponde analizar. Lo que sí hemos querido realzar es el peligro que entrañaba para el país la acción devastadora de la erosión y de la importancia que reviste el «Plan Chillan».

A pesar de que el film realizado por Vinicio Valdivia no tiene más de diez minutos de duración, el director analizó todos los puntos indispensables para hacer comprender la gravedad del problema y la oportunidad de la solución, dejando en el ánimo de los espectadores la saludable tranquilidad de quien confía en que todo se podrá arreglar. Uno de loa méritos fundaméntales de los cortos de divulgación científica, realizados por Vinicio Valdivia, estriba en la humanidad con que están tratados los problemas. A pesar de que los temas son generalmente difíciles de exponer, porque en todos ellos deben incluirse enseñanzas y métodos, Valdivia sortea con habilidad este escollo, haciendo de cada film una historia argumentada. En el caso específico del «Plan Chillán«, las primeras fotografías muestran dramáticamente el instante en que un auténtico huaso sale a caballo a recorrer sus tierras agrietadas y estériles. A pesar de sus esfuerzos, las cosechas se han perdido y el porvenir se le presenta negro y desesperante. Cuando la película entra ya al terreno documental, de divulgación, el desarrollo apasiona e interesa, no sólo por su contenido, sino por que hay un antecedente argumental que lo sostiene. La fotografía esta muy bien realizada y lo mismo podemos decir de la compaginación. En cuanto a la narración (a cargo de Petronio Romo, según su nuevo estilo), nos pareció admirable. Finalmente, digamos que es una nueva prueba de las excelentes virtudes cinematográficas de Vinicio Valdivia, que —como siempre— estuvo asesorado por Marcela Benítez. La fotografía pertenece Edmundo Urrutia.