¿Renace el cine chileno? Responde Alvaro Covacevich
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ecran6_1894_23051967.jpgEN AGOSTO de 1950 aparecía en la prensa chilena el siguiente aviso: CHILE FILMS ESTUDIOS CINEMATOGRÁFICOS DE CHILE, S. A. PROPUESTA DE ARRIENDO.

El Directorio de Chile Films, S. A., solicita propuestas privadas por el arrendamiento de los Estudios Chile Films, ubicado en Av. Manquehue s/n. (Comuna de Las Condes), por un plazo mínimo de dos años.

Las propuestas deberán presentarse por carta certificada…

¡Para qué seguir!… Ocurría lo que ECRAN (en su edición N.º 1.020, 8 de agosto de 1950), en una información, calificaba como «Consecuencias de una política errada”. Y agrega, en el texto de crónica: «He aquí, como lógico corolario de una política equivocada, la consecuencia de una mala administración. Chile Films, al publicar este aviso en el que solicita, como un S. O. S., propuestas públicas para el arrendamiento de sus estudios, no está haciendo más que reconocer públicamente la incapacidad de los que manejaron durante tanto tiempo la institución, sin lograr sacarla adelante…”

Después de ocho años de actividad, Chile Films parecía sucumbir.

A partir de 1950 la actividad cinematográfica chilena se concentra en la labor particular de diversos cineastas. Pierre Chenal, Enrique Vico, Bruno Gebel, José Bohr, Tito Davison y, sobre todo, el P. Rafael Sánchez, Naum Kramarenco y Hernán Correa.

Y así llegamos a 1967, un año de optimismo, con una fe concretada en una pregunta: ¿Renace el cine chileno? Interrogante a la cual siguen otras inevitables: ¿En qué condiciones puede renacer este cine? ¿Cómo cine comercial derivado de una producción estrictamente industrial? ¿O cómo cine de expresión y reflexión, en que interesa más reflejar el mundo en que vivimos que, simplemente, entretener. ¿Existe un proceso de cine joven? ¿Qué trascendencia tiene para el desarrollo de un cine nacional hacer films para festivales internacionales?

Este es el objeto de iniciar una encuesta sobre el cine nacional actual que deje en claro el camino para un verdadero renacimiento cinematográfico en Chile…

El primero en responder ha sido Alvaro Covacevich, director de «Morir un poco”, film que combinó el éxito de crítica y de público.

Alvaro Covacevich nació en Santiago el 5 de noviembre de 1933, descendiente de emigrantes yugoslavos. Es paisajista profesional. Casado con Adriana del Río Lagarrigue y padre de un hijo, Alex, de 4 años, «el niño del globo» de «Morir un poco«. He aquí sus respuestas:

—¿RENACE VERDADERAMENTE UN CINE CHILENO?

—HA RENACIDO el público para el cine chileno. Porque le hemos demostrado que somos capaces de entregarles films en un plano normal (no magistral). Nuestro público es un público ávido de cine, pero también se ha dicho de él que estaba idiotizado por los films de James Bond, cowboys y niñas sexy. Creo que «Morir un Poco” ha roto ese mito. Muchos me anticipaban un fracaso. La respuesta: el film tiene más de tres meses en exhibición y ha sido visto por más de 200 mil personas.

—¿EN QUE CONDICIONES PODRÍA RENACER ESTE CINE?

—LOS productores-realizadores (porque esto somos en realidad)  y el público ya cumplimos. Ahora tienen la palabra las autoridades oficiales. Nuestros elementos materiales son muy modestos. En Chile sólo hay una cámara Mitchell (de Chile Films) y otras tres cámaras manuales. No hay más. Esa es toda nuestra industria cinematográfica. En el aspecto legal, se aprobó un artículo que favorece a los films en exhibición (la devolución de los impuestos al productor), pero hasta ahora, a pesar de la buena voluntad de Impuestos Internos, no se ha logrado crear el mecanismo que permita su aplicación. Por lo tanto, todos (Kramarenco, Soto, yo mismo), esperamos…

»Morir un poco» recaudó 450 millones (bruto), pero no he recibido nada del 42 por ciento de impuesto qua me corresponde en teoría. Creo que es necesario (y urgente para aprovechar el brío actual) establecer una ley que facilite la internación de película virgen y maquinaria. Cito un caso: yo mismo no he podido traer mi film “Recordando en Weimar” (es decir, mi propio trabajo) por el alto costo de internación.

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—¿CINE COMERCIAL O CINE DE EXPRESIÓN?

—A MI, personalmente, no me interesa hacer un cine de mera entretención, con criterio comercial. Hacer cine de tipo comercial sería competir con el cine norteamericano o italiano (por citar dos ejemplos), que hacen lo mismo y mucho mejor, ya que disponen de más dinero, mayor técnica y las infaltables estrellas.

“ME INTERESA nacer algo distinto, siempre distinto. Un cine de expresión y pensante. Algo así como un diálogo entre nosotros mismos o un análisis de nuestra realidad. Buscar un lenguaje propio en colaboración con todos los artistas chilenos (actores, escritores, técnicos). «Morir un poco» es para mí un camino para profundizar aun más en mi labor futura.

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—¿CINE JOVEN? ¿FESTIVALES?

—SI, creo en el cine joven si éste relación directa con nuestra realidad en la búsqueda de un nuevo lenguaje.

“NO CREO que los festivales internacionales den siempre la pauta de todo. Yo llevé mi film a diversos festivales (Berlín, Karlovy Vary, Leipzig y Salónica). Al primero fui invitado por casualidad cuando montaba «Morir un poco» en Buenos Aires. A los otros, como consecuencia de la primera invitación. En todo caso creo conveniente presentar nuestros films en tales eventos, no para ganar premios sino para plantear relación de niveles estéticos con otros cines extranjeros. Vivimos dentro de un mismo mundo y debemos compararnos unos a otros. Así apreciamos mejor nuestro trabajo.

—RESUMIENDO, ¿Y EL FUTURO?

—PROMISORIO si obtenemos las facilidades ya aludidas. Mientras tanto nosotros trabajamos, superando dificultades. Pero ¿hasta dónde podemos superarlas? Estamos en un momento decisivo y difícil.

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