Si hubiera que dar un calificativo a los términos empleados por el general (R) René Cabrera, presidente del directorio de Chile Films, al describir la gestión anterior a la suya, podría decirse que su enjuiciamiento del estado de la empresa fue de “benévola prudencia”, por no decir extremadamente caballeroso. Luego de exponer –en la conferencia de prensa convocada al efecto- el desastroso estado de las finanzas, la anarquía en contratación de personal, el desorden administrativo, la apropiación indebida de salas de cine y de material cinematográfico de las compañías norteamericanas, la danza de dólares en las remesas de royalties, el caos tributario y previsional, concluyó: “No quiero dar calificativos delictuales múltiples a esta situación, sólo hablaré de malversación”.
En la mayor parte de su documentada exposición –acompañado del resto del directorio- se refirió a informaciones ya comentadas en ERCILLA (Nos. 1.992 y 1.993). Lo demás son datos estadísticos y que sólo importan a los especialistas. Lo que interesa destacar es que existe un propósito claro por restituir a la empresa fílmica estatal la fisonomía para la que fue creada: producir películas. Con modestia, el general Cabrera insiste en que “sabe poco de cine”, pero, a juzgar por su preocupación y la manera de enunciar su programa, es la persona que hacía falta en el terreno cinematográfico oficial. Algunos de sus conceptos sobre una política efectiva en esta materia:
- Debemos mostrar lo que fue Chile en los tres años pasados y luego lo que será de ahora en adelante. Se prepara un documental sobre el régimen anterior que se titulará Los mil días.
- Un país sin imagen visual disminuye la imagen de su soberanía. El cine es fundamental para lograr esta imagen. Debe definirse una política cultural en que el cine esté en el centro para afirmar los valores de la nacionalidad.
- Hay que establecer una infraestructura eficaz para no frustrar a los creadores chlenos.
- El cine debe financiar al cine, debe generar divisas. Hay que crear una estructura legar favorable al cine. Chile Films debe convertirse en el centro motor de este gran proyecto: crear un impuesto en apoyo al cine nacional. En este terreno algo se ha hecho con el alza justa del precio de las entradas (130 escudos en las salas céntricas, 150 en las que tengan pantalla gigante).
- Llamaremos a la “inteligencia” del cine nacional para que colabore con nosotros. Deben considerar que ésta es su casa y que las puertas están abiertas.