Tacna, Chile
(Ciudad peruana a partir de 1929)
Como si fueran pocas las virtudes de su natural talento, para el cine resultó dotada de un rostro muy fotogénico y de una sensualidad tan natural como realista, que le permitiría dar vida a personajes populares de gran solidez y contundencia visual. Debutó en El tango del viudo, uno de los primeros trabajos del joven Raúl Ruiz, quien también la tendría como protagonista femenina de Tres tristes tigres, rol que ya había hecho en teatro y en el que alcanzó probablemente su mejor actuación cinematográfica. Más breve, pero igualmente intensa es su actuación en El Chacal de Nahueltoro de Miguel Littin, siempre junto a Nelson Villagra. Todavía con dirección de Littin destacaría por su participación episódica en La tierra prometida, donde sostiene con la mirada un plano-secuencia de antología y que sería su último trabajo cinematográfico antes de exiliarse a causa de la llegada de la dictadura.
En Cuba y Suecia seguiría actuando en teatro y cine. De regreso del exilio alternó espaciadas actuaciones con la labor docente, volviendo al cine sólo en cortometrajes. Ocasionalmente aparece en las tablas demostrando que no ha perdido ninguna de sus notables capacidades dramáticas. Actualmente está dedicada casi exclusivamente a la docencia, pero ha vuelto a filmar bajo la dirección del joven Ernesto Díaz, en cuyo largometraje Santiago Violenta, Shenda Román interpreta una villana.