Actriz. Al igual que muchos actores chilenos, se hace famosa gracias a una exitosa teleserie: con sólo diecinueve años y siendo todavía estudiante de la Academia de Teatro de Fernando González, le bastan un par de pruebas de cámara para obtener el protagónico en Rompecorazón (1994). Desde un primer momento, la actriz cautiva a la audiencia y a la crítica por su ángel y talento natural, lo que le cimenta una fructífera carrera en televisión y teatro. Participa en teleseries como Estúpido Cupido (1995), Iorana (1998) o Piel canela (2001). Aunque su paso al cine parecería evidente, la carismática actriz realiza pocas películas, que obtienen una tibia recepción. En su primer papel para la pantalla grande, interpreta un fantasma en La rubia de Kennedy (1995), de Arnaldo Valsecchi. El filme, un fracaso de crítica y taquilla, no afecta las ofertas de trabajo Carolina. Sin embargo, ésta se aleja del cine por varios años para dedicarse al teatro, la televisión y a su matrimonio, en el que tiene un único hijo, Pedro. Sólo al inicio del nuevo milenio retorna al cine con la película Monos con navaja (2000), de Stanley Gonczanski, para luego tomar el papel protagónico de Antonia (2001), de Mariano Andrade. Su corta carrera cinematográfica acaba bruscamente en octubre de 2002, con apenas veintiocho años: un ataque cerebral la deja en coma por dos días antes de fallecer.

(Por Jorge Román, extraído del "Diccionario del Cine Iberoamericano"; SGAE, 2011)