Actriz. Amparo es hija del primer matrimonio del actor Héctor Noguera con la productora teatral Isidora Portales. Realiza sus estudios en la Escuela de Teatro Imagen, de Gustavo Meza. Destacada actriz de teatro y televisión, sus incursiones en el cine no han sido muchas, pero la contundencia de su actuación siempre la ha destacado. En las tablas, ha trabajado bajo la dirección de su padre, de Alfredo Castro y de Rodrigo Pérez, entre otros. Desde su debut en 1985, la actriz ha participado en montajes como Historia de la sangre, El coordinador y muchos otros. En ellos ha tenido que desplegar interpretaciones contenidas y de gran fuerza dramática. En 1999, integra el elenco de  Hechos consumados, de Juan Radrigán, que le vale el APES (Premio de la Asociación de Periodistas de Espectáculos) como Mejor Actriz del Año. En 2005 se incorpora al proyecto teatral Infamante Electra, de Benjamín Galemiri, bajo la dirección de Raúl Ruiz, con quien con anterioridad ha participado en diversos proyectos cinematográficos. El trabajo con él ha representado para la actriz un gran estímulo; ella define a Ruiz en forma categórica: “Él es de una genialidad impresionante”. En televisión cuenta con una vasta trayectoria, particularmente en telenovelas y en series de ficción, lo que la ha consolidado como una de las mejores del medio. Natural y versátil, se ha paseado por el melodrama y la comedia..Su participación en cine se inicia en 1987 en el largometraje El ciclista del San Cristóbal, basado en un cuento de Antonio Skármeta, y dirigido por el alemán Peter Lilienthal. Más tarde, su rol protagónico junto a Ramón Llao, en la tragicomedia de Rodrigo Sepúlveda Un ladrón y su mujer (2001), basada en un cuento del escritor chileno Manuel Rojas, le vale el Premio Altazor a la Mejor Actriz del año en el área de Artes Audiovisuales-Cine. En el filme, Noguera interpreta a Ana, la sufrida y abnegada esposa de un delincuente que es incapaz de apreciar el amor de su mujer. En 2003 trabaja por primera vez con Raúl Ruiz, desempeñando un rol en uno de los cuatro capítulos de Cofralandes, documental-ficción que explora en la historia y la idiosincrasia chilenas. Al año siguiente vuelve a trabajar con el mismo director, esta vez en una producción francesa, rodada en Chile: Días de campo, basada en dos cuentos del escritor Federico Gana, ambientada a fines del siglo XIX. En 2005, nuevamente bajo la dirección de Sepúlveda, participa en Padre nuestro, filme que cuenta la historia de una familia de clase media chilena que se encuentra y desencuentra a raíz de la enfermedad de su padre, una trama que deambula entre el drama y el humor negro. En el mismo año, participa también en El último sacramento, un trabajo que parte como proyecto de título de cuatro estudiantes, pero que cobra tal relieve que la universidad donde han estudiado lo hace suyo, aportando el grueso de su financiamiento. A fines de 2005 trabaja con el director Joaquín Eyzaguirre en  Remolienda, cinta basada en la obra escrita en 1965 por Alejandro Sieveking, que se ambienta en la década del 50, en pleno arribo del progreso a los sectores rurales y que retrata la historia de un prostíbulo provinciano.

(Paola Coll, extraído del "Diccionario del Cine Iberoamericano"; SGAE, 2011)