Uno de los hombres que aparecían en Chi-chi-chi Le-le-le Martín Vargas de Chile era el empresario boxeril Ricardo Liaño, que ha conocido tiempos mejores y fue varias veces "millonario en dólares" como él mismo lo recuerda. Un hombre aparte le está enteramente dedicada, siguiéndolo mientras prepara una nueva movida que lo devolverá a los primeros planos. A medida que Liaño relata sus logros pasados y el esplendor verbal se contrasta con su vida modesta de jubilado, surge la verdad: Liaño es un has been que se niega a reconocer su situación y espera equilibrar la balanza con un último golpe de efecto. Del desagrado pasamos a la pena, la admiración y la culpa. Liaño es otro de esos viejos que vemos sentados en las plazas, apartados de un mundo que ya no sabe qué hacer con ellos.