Juan Neún Antisoli, el niño protagonista de este pequeño relato, nació y se crió en el sector Lagual de la isla de Alao. Para conocer su hogar hay que cruzar en transbordador a Chiloé y luego el Canal de Dalcahue a la isla de Quinchao. De allí ir al pueblo de Achao y, si es lunes, miércoles o viernes, tomar una embarcación que nos deja, tras dos horas de navegación, en el sector Capilla, desde donde comienza una caminata de una hora y media para poder llegar finalmente a la casa de Juan. En la actualidad, debido a las contingencias, la familia Neún se ha trasladado más cerca de Achao, pero sigue estando ligada a Alao por sus labores de campo y en torno a la iglesia. Juan, como los otros niños de la isla, comparte los trabajos con sus padres: pica leña, arrea ovejas, juega con sus perros y acompaña a su familia a la iglesia. Es este último un interés que mantiene desde pequeño, demostrando siempre una preocupación especial por la Virgen de Lourdes, a la que hace 80 años se le quebraron sus manos en una peregrinación, razón por la cual, desde entonces, no ha podido salir de la iglesia. Fue su deseo restaurar la virgen, ser su patrón y construir una lancha para sacarla nuevamente a las fiestas religiosas de su comunidad. Nosotros fuimos testigos y partícipes de este acontecimiento.