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Tres hombres, en distintos países del mundo y en distintos tiempos, decidieron ser soldados. Por vocación. Creían en el honor y en los valores morales de la carrera militar. En medio de conflictos políticos, en el marco de una dictadura o una guerra, recibieron la orden de matar bajo el mandato de obediencia debida? y se rebelaron contra ello.
Igal Vega, sargento israelí, se negó seguir combatiendo en el conflicto de Medio Oriente y apuntar contra la vida de civiles y niños. Efraín Jaña, coronel chileno, desobedeció las órdenes del dictador Pinochet en 1973. Camilo Mejía, soldado estadounidense, desertó de la unidad a la que pertenecía, y prefirió ser juzgado en la corte marcial antes que seguir participando en la "guerra del petróleo" en Irak, como él mismo la calificó.