EL 10 de septiembre de 1973, Juan Vera Oyarzún, como otros miles de chilenos no tenía nada que temer. Tenía 55 años y era Secretario Regional del Partido Comunista. Tras instalarse la dictadura militar de Pinochet, Juan Vera, era buscado. Por esta razón el día 20 de septiembre, en compañía de otros tres dirigentes, se va hacia Argentina a pedir asilo político. Varios días después llegan a Río Mayo, se entregan voluntariamente a gendarmería argentina y quedan detenidos. El día 27 de octubre llega hasta el cuartel una ambulancia ingresada clandestinamente desde Chile, con oficiales del ejército chileno. Tras breves negociaciones, Vera y los otros son "vendidos" a los oficiales chilenos, perdiéndose su rastro para siempre.