Pedro Sienna y “El Húsar de la Muerte”
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Después de ocupar, en la época del cine mudo, el primer lugar en la cinematografía latinoamericana, Chile olvidó conservar sus mejores películas. Por eso no ha salido a la luz una historia completa de lo que fue nuestro cine.

Recordando”, de Edmundo Urrutia, al rescatar viejas producciones, ha destacado ese olvido. En cuanto al material bibliográfico que falta, Alberto Santana escribió un Principio de Historia del Cine Chileno, y María Romero, en dos artículos especiales, ha evocado el pasado del cine nacional.

Pedro Sienna, que pertenece a la historia del cine chileno, hará un aporte en ambos sentidos. Su película, “El Húsar de la Muerte”, producción citada en las historias del cine del mundo, está en vías de ser reeditada, y él mismo escribe una historia del cine mudo chileno.

DE LA ESCENA A LA PANTALLA

ecran3_19091961.jpgNacido en San Fernando, el 13 de mayo de 1893, Pedro Sienna estudió en el Instituto Nacional. Como joven poeta, formó parte de la generación del año 13, y ya que le interesaban también el dibujo y la pintura, fue alumno de la Escuela de Bellas Artes, lo que le serviría posteriormente en sus otras actividades artísticas.

Sólo se interesó por el teatro al pasar por Chile la compañía dramática que dirigía Bernardo Jambrina. Se incorporó al elenco recorriendo Chile y Argentina. Pensaban llegar a España, pero eran los tiempos de la primera guerra mundial, y los submarinos alemanes amenazaban hundir los barcos que surcaban el Atlántico. Jambrina no se atrevió a cruzar el océano y regresaron a Chile, donde el cine se preparaba para saltar de los noticiarios a los films argumentales.

Carlos Cariola y Rafael Frontaura lo entusiasmaron para que protagonizara la película “El Hombre de acero”, que se rodó en 1917. Otro galán joven era Jorge Délano (Coke), dibujante, además, de los afiches de propaganda. Sienna pensaba seguir al Perú con la compañía. Poco después formó compañía propia con la que recorrió de nuevo el país, presentando la novedad del “gran guignol”. Por diez años, Sienna alternó el teatro y el cine, actividad esta última para la que realizó un film por año. Eran los tiempos en que el director era además el primer actor, autor del guión y decorador. Todas fueron películas mudas, en las que destacaron “Un grito en el mar”, del año 1924 y “El húsar de la muerte”, al año siguiente.

Filmadas al sol, en algún rincón del patio, telas de lienzo permitían obtener una luz fuerte y uniforme. Los efectos complementarios de luz se conseguían con brillantes cartones barnizados con pintura de aluminio.

Los decorados, hasta donde era posible, proporcionaban los ambientes con bastante propiedad.

Un grito en el mar” obtuvo la Medalla de Oro y Diploma en la Exposición de La Paz, Bolivia, en 1925, compitiendo con toda la producción latinoamericana. Sienna observó:

–Los bolivianos, entonces, no eran muy amigos de los chilenos….

La última trasnochada”, de 1926, fue también la última película de Sienna. Las dificultades para hacer cine crecían. Al menos en el teatro, el aplauso directo compensaba los sacrificios.

La llegada del cine sonoro desde Estados Unidos paralizó por entero la producción cinematográfica chilena. Como se facilitaban las proyectoras a los cines, todos comenzaron a exhibir películas habladas. Como no había préstamo de equipos para realizarlas, fue perdiéndose todo el avance logrado hasta allí.

Pedro Sienna siguió en el teatro. Se incorporó al periodismo y realizó también una fecunda labor como autor de comedias, novelas y versos.

En 1933, luego de un largo “pololeo”, el “primer galán” casó [sic] con Julia Benavides, naciendo del matrimonio Carmen Julia, 19 años, estudiante de pedagogía, que heredó del padre el gusto por la actividad escénica.

UNA HISTORIA Y EL “HUSAR”

Pedro Sienna ha jubilado como periodista, pero sigue ligado al teatro. Tres veces por semana se dirige al teatro Carlos Cariola, a dirigir los ensayos de la Escuela de Teatro del Pueblo, que el fundara. Impenitente trasnochador, se sigue acostando a las 4 o 5 de la mañana, y levantándose para almorzar.

En la actualidad, Pedro Sienna trabaja activamente en la reconstitución de la historia del cine chileno. Poseedor de un abundante archivo y una buena memoria, ha terminado de recopilar los datos de 76 películas mudas realizadas en Chile, entre 1916 y 1931, y también de corto metraje, entre 1907 y 1915, tarea en la que su hija le ayuda, como secretaria. Su libro, que espera concluir este año, tendrá importancia en la estructuración definitiva de la historia del cine nacional.

En cambio, las películas que dirigiera no las posee, ignorando dónde se pueden encontrar. Como todos los realizadores, llegado el día del estreno iniciaba una nueva actividad, mientras los films seguían su explotación comercial.

Al menos uno de sus films no se perderá. La Universidad de Chile ha adelantado bastante en los trabados de reedición de “El Húsar de la muerte”, clásico del cine nacional, pero por falta de fondos la labor se ha paralizado.

En todo caso, no está lejana la fecha en que el público chileno puede evocar las grandezas de nuestro cine, a través de la obra escrita por un pionero del cine nacional: Pedro Sienna.