Hace un par de meses, el académico y crítico de cine David Vera-Meiggs y el periodista Daniel Olave recibieron nuestra invitación a participar de la encuesta sobre las mejores películas del cine chileno. La tarea consistía en que elaboraran una lista de las diez mejores obras audiovisuales nacionales según las razones que creyesen relevantes. Ambos respondieron y también coincidieron en los criterios para seleccionar las cintas.
“Yo pensé en aquellas películas que sean buen retrato de un período histórico y que todavía nos dice algo hoy, además de los valores estéticos de las mismas. Creo mucho en el sentido histórico y la historia es cuando un fenómeno permanece, entonces El Chacal de Nahueltoro me parece histórica, Tres tristes tigres también, Valparaíso mi amor sin duda, y La batalla de Chile probablemente es la nostalgia del último momento épico que tuvo Chile”, dice Vera-Meiggs. Por su parte Olave armó su selección “pensando en la importancia de ciertas películas, en la trascendencia, en lo que significaron en su momento, en que mantengan su vigencia. No me parecía que una lista así fuera para andar descubriendo cosas”, expresa. El periodista enfatiza que no votó por las mejores películas ya que “nunca me ha parecido que uno pueda estar diciendo qué es mejor o qué es peor, encuentro que eso es súper arbitrario y subjetivo. Las listas incluyen las películas que más le gustan a uno, mezclado con lo que te parece importante y trascendente”. Añade: “A mí me interesó hacer una lista donde pusiera películas trascendentes del cine chileno, una lista de diez películas que yo propondría que fuesen obligatorias de ver en los colegios, además de algunas que a mí me parece importante rescatar y que no son tan evidentes de ese canon, pero es muy difícil armar una lista por las que dejas afuera, por las que no has visto y que tienes pendiente”.
Los resultados no los sorprendieron, pues en palabras de Vera-Meiggs “los cuatro primeros lugares me parecen inobjetables, que es lo mismo que han dicho todos hace mucho rato. La encuesta como operación puede ser validante de lo que ya sabemos”.
“Los diez primeros lugares no me parecen sorpresivos, el resultado final es una lista representativa. Considero sí que el primer lugar es evidente, que se cae de maduro, casi un lugar común. El Chacal de Nahueltoro es una película primordial del cine chileno. También es positivo que haya un documental entre los diez primeros lugares porque Chile es un país de documentalistas y hay grandes documentales”, dice Olave, quien manifiesta que para él, quien debió encabezar la nómina fue Raúl Ruiz y Tres tristes tigres. “Es una película mayor dentro del cine chileno e incluso se escapa del cine chileno y del cine latinoamericano de la época, es tan contemporánea, es tan importante, es tan grande Ruiz en sí mismo que para mí al menos me hubiese gustado que estuviera primera”.
Vera-Meiggs agrega como elemento de análisis que “la historia de Chile del siglo XX está prácticamente partida en dos por el Golpe de Estado, entonces todo lo que ocurrió inmediatamente antes es muy señero porque significó una floración en muchos aspectos de nuestra cultura de la representación y hay ejemplos notables también en teatro en el mismo período, lo cual obviamente deja a todo lo que ocurrió después con una suerte de nostalgia trágica por lo que no fue y eso es habitual en sociedades que han enfrentado crisis de esas características, por lo tanto que esas películas que encabecen la lista no tiene nada de raro”.
“Una vez hablando con Sergio Salinas, él decía con mucho pesimismo que el cine ya fue y eso fue nuestro cine. Algo de eso hay porque ni los propios autores de esas películas han logrado encumbrarse de nuevo a ese mismo nivel de intensidad, lo cual está indicando que como toda obra artística, la obra creativa es hija de su tiempo. Es tan hija de su tiempo que puede marcar los tiempos a venir. Un gran discurso creativo es hecho en un presente que tiene a su espalda el peso del pasado y que justamente eso lo saca de vista en el presente y lo coloca en la carretera del futuro, eso es un proceso creativo, salirse de la fila”, explica Vera-Meiggs, quien reconoce haber incluido sólo una película del siglo XXI en su lista. “En definitiva el gran criterio del arte es el tiempo y claro el tiempo coloca ciertas cosas en el lugar que corresponde”.
Olave coincide y tampoco incluyó en su lista ninguna película de los últimos diez años. “Me parece que diez años es ayer, en cuanto a poder decir que esta película es una de las mejores del cine chileno”.
“En general, me parece un buen mix los veinte primeros lugares, pero todo depende de cómo quieras analizar la lista y también la edad de la gente que votó, las actividades, género, porque eso también te da una lógica de cómo entender ciertas películas”, explica el periodista quien reconoce que si bien hacer listas de películas puede ser entretenido, puede también prestarse para todo tipo de equívocos. “Yo me pregunto cuánta de la gente que votó ha visto una cantidad importante de películas. Pasamos de la realidad de los años noventa, cuando se estrenaban dos películas a tener 40 películas en un año y es difícil verlas todas. Yo creo que hay un gran desconocimiento del cine chileno, salvo los programadores de festivales dudo que alguien haya visto todas las películas chilenas que se han hecho en los últimos años. Entre la falta de memoria, el no resguardo del patrimonio audiovisual, la falta de interés o la razón que se quiera, hoy día el gran tema es ese. Quizás lo ideal sería partir viendo las diez primeras películas de esta lista”, concluye.
Por su parte, David Vera- Meiggs manifiesta estar “más preocupado de cómo esas obras- las primeras de la lista- marcan el futuro, y no sé si ese futuro logre ser la negación y superación de esto, o sea la confirmación, no lo sé y yo soy optimista, y por lo tanto o pienso que luego, lueguito, ojalá mañana, tengamos entre ese listado buenas comedias, por ejemplo, que es lo que nos hace falta recuperar para entender qué somos. Con la admiración que le tengo tanto a El Chacal de Nahueltoro como a Tres tristes tigres, películas que admiré y conocí desde su estreno, me encantaría verlas sepultadas. No es que quiera negarlas, sino que quiero verlas superadas”, sentencia.