Los intrépidos hombres en el Parque Cousiño
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  • Las Fiestas Patrias y el Cine Chileno
  • Todos los años, desde 1902, las cámaras filmadoras han registrado las ceremonias deciochenas.

1910 es el año del Centenario, es el año en que Chile celebraba cien años de vida independiente. La Presidencia era ocupada por Don Pedro Montt. Pero el destino impediría que fuera él quien encabezara los festejos destinados a dar realce al trascendental acontecimiento cívico, ya que, al enfermar de cuidado a principios de ese año, partió a Europa en busca de salud, muriendo en Alemania en el mes de agosto. Fue reemplazado por el Vicepresidente, Elías Fernández Albano, quien, ante la consternación del país, también fallecería en el mes de octubre de ese mismo año, cuando recién abandonaban nuestro territorio las delegaciones que habían venido del extranjero. La fiesta nacional, por lo tanto, se vio ensombrecida por la súbita muerte de dos gobernantes ilustres.

DOCUMENTALES

En 1910 se filmaron más de veinte documentales, casi todos pertenecientes a Arturo Larraín Lecaros, personaje de la sociedad de Santiago que con el correr del tiempo se dedicaría a la diplomacia.

Pero noticiarios nacionales ya se filmaban desde mucho antes; precisamente comenzaron en 1902. Y desde entonces ellos tendrían como tema principal las fiestas del mes de septiembre. Viendo las crónicas de la época, nos encontramos con muchas cosas curiosas. Por ejemplo, en Semana Santa había cines –en aquella época se les llamada “biógrafos”– que anunciaban que en atención a dicha celebración religiosa se permitiría la entrada a señoras con manto. Era el tradicional manto con el cual enmarcaba su belleza la mujer chilena de principios de siglo cuando iba a misa. Un aviso del 29 de agosto de 1910 decía: “Teatro Variedades. Hoy. Linda vista Salida de Misa del Templo de la Merced”.

Arturo Larraín Lecaros filmaría películas sobre: El Desfile de las tropas en el Parque Cousiño, Los Funerales de Don Pedro Montt, La Inauguración de Palacio de Bellas Artes, y muchas mas que sería largo enumerar.

Pasarían los años, se haría cine argumentado y documentales, y siempre se les seguiría rindiendo culto al primitivo e importante rubro del cine de actualidad, que mostraba tanto la simple nota pintoresca como a veces, casi sin darse cuenta de la importancia que encerraría como documento, los detalles de un suceso político de carácter nacional o internacional.

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NOTICIEROS

El cine chileno, entonces, a través del noticiario, ha estado siempre en contacto con las fiestas patrias, registrando con sus filmadoras especialmente la tradicional Parada Militar que todos los años se realiza en el Parque Cousiño, en el mismo paseo público en el cual también el italiano Cattaneo, realizara sus proezas de aviación en una época en que hasta para subirse a un auto había que tener fama de audaz.

Pero volvamos a la historia patria.

Es interesante descubrir la circunstancia en que una persona ajena a las actividades cinematográficas desempeñó en 1925 el papel del prócer Bernardo O’Higgins en una película chilena. Ello, en efecto, ocurrió durante la filmación de “El Húsar de la Muerte”. En esta obra Pedro Sienna presentaba el momento histórico en que el artífice de nuestra nacionalidad, en octubre de 1814, ante el desastre en que se había convertido la Batalla de Rancagua, emprendió la retirada. Ocurrió que tal escena se filmó en las cercanías de la Escuela de Carabineros. Pues bien. Cuando se disponía a rodar dicha escena, Sienna se encontró con que el actor encargado de interpretar al Padre de la Patria no llegaba. Pasaron los minutos y luego las horas, y nada. No aparecía por parte alguna. Desesperado estaba ante semejante contratiempo, cuando acertó a pasar por el lugar un uniformado cuyas características físicas coincidían con las del personaje a interpretar. Sin pensarlo dos veces se acercó a él y le dijo “Mire, usted se parece mucho a Bernardo O’Higgins. ¿Por qué no me hace usted el papel?”. El interpelado era el teniente Federico Giemza, quien ante semejante petición, le expresó: “No me moleste, hombre. En verdad, no veo que haya tal parecido!”. Pero el entusiasta realizador insistió hasta conseguir que se vistiera con las ropas requeridas para el caso.

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Este fue un rápido vistazo hacia el cine de comienzos de siglo y sus inspiraciones históricas.