En 2013 Roser Bru escribía, «Hay que repasar todo cada día, qué falta y qué sobra«. La artista visual chilena instaló la reflexión como una necesidad cotidiana que ad portas de año nuevo recobra vigencia. La industria cinematográfica no se abstiene de la interpelación propuesta por Bru, ¿qué falta y qué sobra en el cine chileno?
Al repasar qué falta, la respuesta recae en las falencias agudizadas por la pandemia, sin embargo, estas han existido incluso de forma previa al inicio de la crisis sanitaria. El séptimo arte no se restó de la transformación que gatilló el coronavirus: los estrenos pasaron de proyecciones en salas al streaming; las producciones se paralizaron o, en el mejor de los casos, siguieron activas de forma remota. Espacios culturales debieron cerrar sus puertas a causa del deficiente apoyo estatal que no permitió solventar sus gastos; las indignas condiciones laborales de las y los trabajadores de las culturas, las artes y el patrimonio siguieron desprovistas de respuesta o más crucial aún, de soluciones. Con todo esto, repensar del quehacer audiovisual se hizo imperativo.
Repensar la pandemia
Para Natalia Isotta, cineasta y fundadora de La Distribución, empresa de gestión comercial de obras cinematográficas, “la pandemia reveló las debilidades del medio, sobre todo a nivel de precariedad laboral y de la poca seguridad para los realizadores. Algo que nos llamó mucho la atención, como agentes de venta, fue la caída en la producción; ha sido difícil encontrar películas para los catálogos 2022 pese a que gracias a lo digital la demanda se elevó”.
A punto de comenzar un nuevo año las productoras y distribuidoras de cine chileno siguen viendo con cautela la exhibición de obras en salas nacionales, adoptando una postura flexible ante las posibles reestructuraciones de las medidas sanitarias. Esto ha dificultado definir con certeza las fechas de estreno del catálogo 2022. Convivir con la incertidumbre ha sido una constante para las distribuidoras, quienes pese a avanzar hacia la presencialidad saben que lo virtual llegó para quedarse.
El auge de lo digital generó la necesidad de presentar contenido nuevo con más frecuencia en las plataformas, abriendo las posibilidades al contenido de carácter más independiente que circuló gracias a los 42 festivales de cine que siguieron activos en Chile, mayoritariamente en formato virtual. Aquello benefició significativamente a La Distribución, y por ende, a productores y distribuidores nacionales, destacó Isotta. Además que “si bien fue difícil para la difusión de los realizadores y las conexión entre la industria, la virtualidad favoreció el acceso a cine independiente, el más posible de vincular con la cinematografía chilena”, añadió.
La pandemia ha permitido pensar en alternativas a lo convencional y aunque es cierto que la experiencia de asistir a una sala de cine resulta irremplazable, es crucial ver en lo digital un escenario favorable para el cine chileno, esto dado a la mayor rentabilidad en relación a los niveles de inversión, sobre aquello, Natalia remarcó la necesidad de que tanto productores como realizadores, “no le teman al digital, y si su público consume desde aquel formato, sea imprescindible escucharles”.
Colaboración, una necesidad para el ecosistema audiovisual
El ecosistema audiovisual chileno ha demostrado que lo que sobra es talento, ganas y cualidades para la creación artística. La autogestión ha sido un pilar esencial para sostener los proyectos creativos ante la trinchera de la concursabilidad, no obstante, el acto de llevar a cabo por sí mismo -al que alude el concepto autogestión- resulta insostenible a largo plazo, relevando el rol de la colaboración como forma de resistencia, tanto a nivel social como cinematográfico.
Emerge como un espacio de apoyo mutuo para la convergencia de miradas diversas, se grafica en alianzas entre salas, productoras, festivales, distribuidores y medios de comunicación vinculados al área. La cooperación mutua desdibuja jerarquías propias de un funcionamiento competitivo que hace ruido ante una sociedad que repiensa la vida.
Paola Castillo, cineasta y directora ejecutiva de CCDoc, ve en la colaboración una forma de resistencia que se articula socialmente permeando el séptimo arte. Tras el estallido social y con el posterior inicio de los confinamientos producto de la pandemia la necesidad de cuidar del otro se remarcó y, aunque el espíritu de cooperación emerge ante las tragedias, hoy por hoy se tornó una necesidad cotidiana.
La documentalista comparte una mirada positiva respecto al panorama del cine documental chileno. “Hay diversidad de lenguajes y voces, narrativas que exponen que el talento existe, que ha existido y que actualmente repiensa las formas de crear”, dijo. Agrega que estas nuevas voces han generando propuestas que sacuden las lógicas anteriores, como por ejemplo, el replanteamiento en la jerarquización de roles en los créditos de las películas para dar cabida a un cine más horizontal.
El enfoque colaborativo ha sido una apuesta permanente desde Miradoc, programa de distribución que nació el año 2013 y que depende de la Corporación Chilena del Documental, CCDoc. Ahí apuntan a descentralizar la exhibición de cine chileno e impulsar en regiones las proyecciones de obras además de los espacios formativos. Recientemente han incorporado los subtítulos descriptivos a algunas de sus obras y de cara al 2022 pretenden ir incorporando la audiodescripción. ¿La idea? Construir un cine inclusivo para todas y todos.
Estrenos comerciales 2022
El catálogo del año venidero se mantiene flexible con respecto a las fechas de estrenos comerciales, es la secuela de la reestructuración permanente de las medidas sanitarias que ha modificando los aforos en las salas de cine en un clima oscilante entre cuarentenas y libre circulación. La escena cinematográfica mantendrá vigentes las exhibiciones y los espacios de diálogo entre realizadores y público en formato híbrido, experimentando la convergencia entre lo digital y lo presencial, es la colaboración de dos formas de experimentar el cine en un contexto que exige capacidad de adaptación.
Respecto a los festivales de cine chileno, mantendrán activo su rol de difusión de obras más allá de las multisalas, a la vez, seguirán apostando por la formación de público y la hibridez en los formatos de realización estará presente rescatando lo mejor de ambos mundos. Este 2022 traerá consigo la aplicación de los aprendizajes desprendidos desde 2020 tras el comienzo de una pandemia desafiante para las industrias creativas, pero que a su vez incitó al ecosistema audiovisual a repensar los mecanismos de acción en el cine chileno.
Aquí una lista de algunas cintas que llegarán comercialmente a salas o a plataformas:
13 de enero, La Nave del Olvido: La ópera prima de Nicol Ruíz logra proponer una temática invisibilizada que circuló en más de 60 festivales de cine alrededor del mundo pese al contexto pandémico. Ruíz nos sitúa en un pueblo llamado Lautaro donde se avistan naves de origen desconocido, allí será posible conocer a Claudina, una mujer de campo que a sus 70 años y tras la muerte de su esposo, comienza a explorar su sexualidad en el encuentro amoroso con otra mujer. Ayudada por ésta, Claudina comprenderá que la libertad es solitaria, pero irrenunciable.
20 de enero, Nahuel y el libro mágico: La cinta escrita por Juan Pablo Sepúlveda y Germán Acuña inició su producción en 2015, tras un viaje familiar que Acuña realizó en la Isla de Chiloé. El imaginario chilote inspiró la obra original de la productora nacional Carburadores que fue coproducida por Punkrobot (Historia de un oso) y por la productora brasileña, Levante Films, además de contar con la participación de artistas nacionales e internacionales. En 98 minutos nos cuenta la historia de Nahuel, un niño de 12 años que a pesar de ayudar diariamente a su padre pescador, siente miedo al mar. El hallazgo de un libro en una vieja casona será el inicio de un doble viaje que recorrerá los misterios de la isla de Chiloé y ahondará en sus propios temores.
30 de Marzo 2022, Violeta existe: La cinta del director Rodrigo Avilés retrata el viaje que emprenden los músicos Ángel Parra y Javiera, nietos de Violeta Parra, al reinterpretar el disco Las últimas composiciones, grabado poco antes de su muerte y que se convertiría en pieza fundamental y emblemática de la cultura popular de América Latina. Con este fin convocan a diferentes músicos y cantantes con quienes viven y relatan íntimamente lo que significa reinterpretar a la gran Violeta Parra y su obra. Desde el 30 de marzo estará disponible en la plataforma de Miradoc tras su preestreno en la versión 2021 del Festival Internacional de Cine Documental Musical, In-Edit, donde fue galardonado como mejor documental.
Programaciones sin fecha definida aún.
Mayo 2022, Travesía travesti: la obra documental de Nicolás Videla es un recorrido por la memoria y fantasía de una colectiva teatral en peligro de extinción. Las amigas íntimas Maracx (39) y Anastasia (44) son las únicas sobrevivientes, pero tras brillos y plumas esconden disputas históricas por amor, herencia y dominación. Mientras Maracx no quiere continuar con la obra, Anastasia intenta reunir a las ex integrantes del elenco para hacer una última temporada, en medio del estallido social en Chile. Distribuida por Miradoc y destacada por el jurado en la competencia nacional en la 25° edición del Festival de Cine Documental de Santiago, Fidocs, la cinta prevee su estreno para mayo 2022, apostando por, en palabras de Videla, “relevar el archivo marica, travesti, trans”.
Junio 2022, Ver es un acto: dirigido por Bárbara Pestan, cuenta la historia de Herminia, una mujer de 63 años, y Víctor, su compañero de 33. Él trabaja haciendo aseo, mientras ella pasa sus días riendo y compartiendo los cigarros con su amiga Sole, quien tiene una relación con Osvaldo desde que son niños. Junto a sus demás compañeros en el Psiquiátrico de Putaendo comparten la amistad y la vida. Sueñan, forman bandos, se pelean y también se aman. Viven manteniendo la esperanza de salir del lugar que por muchas décadas los ha invisibilizado de todo ¿Podrá su amor transformar la mirada?
Julio 2022, Frontera: El largometraje documental narra la historia de Juan Carlos, un líder indígena que ha luchado por la autonomía de su comunidad mapuche, sin embargo, tiene su propio dilema. Muchos lo cuestionan de ser un traidor tras haber aceptado trabajar para el gobierno chileno como vía para la recuperación de tierras. Paola Castillo, directora de la obra, nos sitúa en el centro de la vida cotidiana de Juan Carlos y su familia campesina, al tiempo que proyecta el drama que debe afrontar como consecuencia de las tensiones entre los propios mapuches por el conflicto con el Estado chileno.
Septiembre 2022, Edita: Jarda llega a Chile Europa, con su cámara VHS y las cenizas de su madre Edita, cumpliendo la promesa de traerla a la tierra donde ella vive su periodo más feliz, luego de huir de los Nazis. Intrigada por el mito familiar, reconstruyó su historia para descubrir quién era nuestra tía abuela. A través de 500 cartas que Edita escribe a su madre desde Praga, se evidencia la decadencia de una mujer declarada loca por el estalinismo, y encerrada en un sanatorio. El mito de Edita filmado en la opera prima de Pamela Pollak, va revelando a una mujer extemporánea; feminista perteneciente a elite intelectual de la Bauhaus, madre soltera, acosada por la policía secreta checoslovaca y separada trágicamente de Jarda.
Octubre 2022, Breaking the brick: Carola Fuentes y Rafael Valdeavellenado presentan el despertar de millones de chilenos que desafía las teorías económicas de Milton Friedman impuestas por la dictadura de Pinochet. Mariana, de 50 años, es una de las víctimas del modelo. Ramiro a sus 70, es uno de los beneficiados. En un año inolvidable para la humanidad, el país y los personajes experimentan una transformación inesperada, que podría convertir a Chile en la cuna de un nuevo paradigma de desarrollo. La obra contó con apoyos internacionales desde Sundance a Doc Society.
El pa(de)ciente: la adaptación cinematográfica del libro testimonial del Dr. Miguel Kottow, oftalmólogo chileno y eminencia en bioética, inaugurará el Festival de Cine de las Condes el viernes 7 de enero. Su directora, Constanza Fernández y el protagonista de la cinta, Héctor Noguera, estarán presentes para dialogar con el público sobre la obra que debutará en la pantalla grande chilena.
Isla Alien: En los años 80 un grupo comenzó a comunicarse por radio con personajes de acento extranjero que decían vivir en la Isla Friendship. Su relación con una raza alienígena será el punto de partida para el largometraje dirigido por Cristóbal Valenzuela.
Bastardo, la herencia de un genocida: Pepe Rovano, director del filme, descubre a los 35 años que su padre biológico fue perpetrador de crímenes de lesa humanidad y decide conocerlo para vivir junto a él. En este viaje inicia un acercamiento a las víctimas de su padre y comienza a participar del colectivo Historias desobedientes, de familiares de genocidas que luchan por los derechos humanos como un camino de reparación e identidad.
Bajo sospecha: Ser mapuche en la ciudad es la interrogante que Daniel Oyarzún desarrolla al excavar en sus registros, en dicho acto de recuperación, hurga en la detención por sospecha de su tío Bernardo Oyarzún, quien autorretratado como «delincuente» evidencia los estigmas raciales de su propia identidad indígena.
Mosca: La obra de Christian Aylwin y Martin Núñez gira alrededor de la histórica experiencia periodística de Escucha Chile, el programa radiofónico emitido entre 1973 y 1990, cuyo foco fue informar los sucesos ocurridos en Chile tras el golpe de Estado de 1973.
Las mujeres de mi casa: Valentina Reyes nos traslada a una antigua casa de Ñuñoa donde tres generaciones de mujeres conviven y coexisten con sus distintos procesos y etapas de vida. La película protagonizada por Leonor, Mónica y Emilia es la primera obra de la joven cineasta.
Un lugar llamado dignidad: Matías Rojas presenta a Pablo, un niño de 12 años que fue becado para asistir a Colonia Dignidad, una misteriosa escuela establecida por alemanes donde el tío Paul rápidamente hará de Pablo su favorito. Con el tiempo el pequeño descubrirá los horrores allí cometidos.
Vera de verdad: Beniamino Catena narra en su ópera prima la historia de una niña de tan solo 9 años, quien tras cinco años desaparecida, regresa convertida en una mujer veinteañera que no recuerda nada.
De la noche a la mañana: Manual Ferrari expone a Ignacio Roma, un joven arquitecto porteño que recibe la inesperada noticia de que su novia está embarazada. El desconcierto que le produce el hecho lo hace tomar una decisión apresurada y vuela a Chile persiguiendo una débil promesa de trabajo.
La vaca que cantó una canción sobre el futuro: Primer largometraje de Francisca Alegría, que debutará a fines de enero en el Festival de Sundance. Es una suerte de continuación de su cortometraje Y todo el cielo cupo en el ojo de la vaca muerta (2016). Retrata la vida de Cecilia (Leonor Varela) y sus hijos, que viajan a la granja lechera de su anciano padre después de que éste casi muere de un ataque al corazón.
Matar a la bestia: Obra debut de la cineasta argentina, Agustina San Martin. Emilia, de 17 años, llega al albergue de su tía Inés en la frontera entre Argentina y Brasil, en busca de su hermano perdido hace mucho tiempo. En esta jungla, una peligrosa bestia que se cree es el espíritu de un hombre malvado que toma la forma de diferentes animales, parece estar deambulando. En un viaje en pleno despertar sexual, Emilia tendrá que enfrentarse a su pasado para matar a la bestia.
Cazadora: Martin Duplaquet dirige este thriller de suspenso que expone un futuro distópico donde una madre y su hijo adolescente salen de cacería a la montaña. El encuentro con una extraña pondrá en juego los roles entre los tres, fusionando la personalidad de ambas mujeres.
Las demás: Rafaella, tras realizar un test de embarazo comprado por su mejor amiga, descubre que está embarazada y decide abortar. Ella y su amiga Gabriela serán retratadas por la directora, Alexandra Hyland.
Tercer acto: el largometraje dirigido por Patricia Correa narra la historia de Miguel, un taxidermista y cazador que lucha por hacer un museo para niños ciegos con las especies que él mismo naturaliza. A medida que conocemos a Miguel, develamos los prejuicios en torno a su oficio y reflexionamos sobre la relación de nosotros con los animales.
El porvenir de la mirada: A través de este documental, Cristián Leighton retrata a las y los jóvenes víctimas de daño ocular, quienes producto de la represión policial vivida durante el estallido social de 2019, experimentaron lesiones que marcaron su vida.
Gaucho americano: Nicolás Molina es el director del documental que retrata a Joaquín y Víctor, gauchos de la Patagonia Chilena. Ambos son contratados como arrieros en un rancho de Estados Unidos, allí, acompañados solamente por sus perros y caballos, tendrán que proteger sus piños de miles de ovejas de los depredadores, en una tierra ajena que creen poder dominar.
Cantos de represión: el largometraje documental de Estephan Wagner y Mariane Hougen explora a los actuales colonos del pie de la Cordillera de los Andes en Chile, las y los que viven con memorias descarnadas de décadas de abuso sexual, golpizas grupales, experimentación de psicofarmacos y fosas comunes.
Mi país imaginario: Patricio Guzmán regresa con un documental en torno al proceso constituyente. El estallido social que dio paso al posterior plebiscito para definir la redacción de la nueva carta magna nacional fue el escenario donde Guzmán situó su más reciente obra.
Karnawal: La obra de Juan Pablo Félix nos sitúa en el transcurso del Carnaval, cerca de la frontera entre Argentina y Bolivia, allí un joven bailarín de Malambo se prepara para la competencia más importante de su vida. Cuando su padre -un ex convicto- regresa, y pone en peligro todo al arrastrar a su hijo a su mundo criminal.
Mensajes privados: largometraje dirigido por el cineasta, Matías Bize. Sin detalles aún.
La mutante: obra documental de la cineasta, Constanza Tejo. Sin detalles aún.