La “metamorfosis” policial de Soto
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ercilla3_07021973.jpgDesde los primeros días de enero, el cineasta Helvio Soto –también Gerente de Producción y Programación de Televisión Nacional- hojea con temor los diarios afectos al oficialismo. Puede encontrarse con frases como éstas: “A Helvio Soto no le interesa acusar a la Derecha ni al imperialismo. Si quisiera tendría temas en abundancia. Está empeñado en desprestigiar al Gobierno Popular, en distorsionar los hechos, en confundir y calumniar” (El Siglo, 9 de enero). O como éstas: “¿Cuál es el mensaje de la película de Soto?: que en Chile no ocurre una verdadera revolución, que es el Partido Comunista el que manda al Presidente y al Gobierno. Que el Partido Socialista es una colectividad tibia y vacilante, que cambia de rumbo con la misma facilidad que Helvio Soto cambia de ropa” (Última Hora, 13 de enero).

Hay otras flores por el estilo en Puro Chile, llegando a criticarse a Soto y a Augusto Olivares, su “patrón” en TV Nacional, su excesivo afán pluripartidista, es decir, se les condena por no ser sectarios.

¿Y todo esto a propósito de qué? Las acusaciones fueron variadas y la desinformación se entrecruzó (ERCILLA 1.957), pero se referían a dos hechos fundamentales. Primero, que en su última película –Metamorfosis del jefe de la policía política– se utilizaron los sucesos de Lo Hermida, para dejar en mal pie al Gobierno de la Unidad Popular. Segundo, que para el rodaje de este filme habría utilizado ilegalmente material y equipos de TV Nacional, aprovechándose de su cargo ejecutivo.

Al comienzo, Soto –quizás por no llevar agua al molino de la oposición- guardó respetuoso silencio, salvo, la anunciada querella judicial en contra de sus difamadores. Posteriormente, luego de meditar la situación, aceptó la declaración pública emitida por TV Nacional, en que se aclaraba, por lo menos, el asunto del uso indebido de equipos. Más tarde entró decididamente a la pelea con su inserción titulada Los títeres en la cloaca, en que dedica cogollos al columnista Toño Freire, de Última Hora.

Pasada la borrasca, ERCILLA quiso conocer de labios del cineasta su versión de estos y otros hechos de su quehacer cinematográfico.

-¿A qué se atribuye los ataques de que ha sido blanco?

-Simplemente a un chisme. Parece un cuento de Agatha Christie. Para esta intriga se falseó la historia de la película, partiendo de un conocimiento mínimo del tema tratado. Esto lo digo con absoluto convencimiento, pues no existía guión alguno del cual pudieran extraerse las ideas que sostenía en la película. Con el chisme también se pretendió hacer caer en desgracia a Augusto Olivares, director de la Red Nacional de TV, de allí la acusación de uso indebido de material, equipos y personal del Canal 7. Finalmente, como es de conocimiento público, toda la maquinación de desinfló.

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-¿Fue llamado antes de iniciarse esta campaña? ¿Hubo o continúa alguna crítica privada, al margen de las publicaciones en los periódicos?

-La única difamación concreta que hemos recibido fue por las publicaciones de prensa. Yo suponía que algo se urdía, pero jamás fui llamado para advertirme sobre la denuncia. No continúa la crítica privada, porque jamás la hubo. Toda mi actuación ha sido muy clara, y allí está la solidaridad del Directorio de TV Nacional.

-¿Cuál es el tema de la última película? ¿Es una reafirmación de la tesis de «Voto más fusil”?

-Es un largometraje que he titulado La metamorfosis del jefe de la policía política. Este policía es un hombre bueno (Marcelo Romo). La idea fue inspirada por Augusto Olivares, que fue reportero policial durante muchos años. Por lo demás, pienso que en la actualidad lo policial y lo político están íntimamente unido. Y ése era el aspecto que me interesaba destacar. Casi todos los hechos son político-policiales. En mi película no es verdad que los policías sean flageladores, no es efectivo que se pretenda desprestigiar a la policía de un país socialista. El protagonista es un intelectual que aterriza en la actividad policial por política. Ha intelectualizado el proceso político y se dice: “He llegado a la conclusión que a veces es más importante ser eficaz que revolucionario”.

Así va adquiriendo responsabilidad política, compromiso con sus ideas. No es un ultraizquierdista, es un intelectual que hace disquisiciones en un período que va desde noviembre de 1970 hasta el 23 del mes actual, porque se incluyen las conversaciones del Presidente Allende con los obreros de Sumar, si bien comienza donde terminó Voto más fusil, no es la misma tesis. El intelectual reconoce que, si bien la clase obrera debe expresarse a través de los partidos leninistas, no es menos cierto que hay una clase media, ora media alta y la aristocracia, que entre el fascismo y la dictadura del proletariado prefieren el fascismo. Este convencimiento se lo comunica a su ex maestro de Filosofía, y éste le responde: “efectivamente, porque el fascismo garantiza a esas clases –aunque sea aparentemente- el mantenimiento de los valores morales de la burguesía”. El policía replica: “Yo, de repente, siento temor por la dictadura del proletariado, pero yo no soy fascista… todo en dictadura es un problema que depende de los conductores del proceso, y depende también de ellos que la experiencia chilena sea absolutamente inédita, porque es la única manera de escapar a la burocracia de la dictadura del proletariado.

Esa es la explicación del policía, y es también la mía, y pienso que todo este proceso conlleva una responsabilidad muy grande de educación a las masas. Con todo lo dicho, se entenderá bien que la anécdota de Lo Hermida no me interesa, sólo me importa como ocasión para enfrentar dos formas de ver las cosas.

ercilla6_07021973.jpg-Otro de los argumentos que se han utilizado en los ataques a la película es el hecho de haber sido financiada por una compañía de Alemania Federal, dando a entender, punto menos, que se trata de un dinero aportado por la CIA.

-En realidad se contó con el fundamental apoyo de una compañía de Alemania Federal. Los que condenan esto olvidan que todo el nuevo cine latinoamericano, de profundo contenido revolucionario, se ha hecho conocido en el mundo entero gracias a los progresistas de Europa Occidental: Costa Gravas, Lelouch, los hermanos Malle, etc… todo el cine cubano, el cinema novo de Brasil; Sanjinés, de Bolivia, etc., se publicitaron por este conducto. Los alemanes aportaron todo el material, el proceso técnico y de lboratorio, el sonoro, las copias, los subtítulos, etc. El proceso sonoro directo se hizo paralelo a la filmación, pero el copión así revelado en París, el mixage (mezcla de bandas de imagen y sonido) se hará en Munich, y las copias para Europa, nuevamente en París. Se presentará en la quincena de realizadores, en el Festival de Cannes, auspiciada por el sindicato de trabajadores de cine de Francia, cuyo presidente es Costa-Gravas, gente a la que todos los realizadores latinoamericanos debemos mucho. En cuanto a la mención que se hace en los artículos de prensa de mi amigo Peter Lilienthal, cineasta alemán que habría traido las bolsas con dólares desde su país, tengo con él –a través de mi firma Telecinema- el compromiso de ayudarlo a realizar una película en Chile (con guión de Antonio Skármeta), favor que él me devolverá en Munich cuando sea oportuno.

-En una entrevista reciente en TV decía que la tarea del cineasta del subdesarrollo es realizar películas bellas con temas feos. ¿No es esto afirmar a priori que todo tema de denuncia es feo? ¿No es más bien este un complejo originado en la forma en que tradicionalmente se han abordado?

-Soy un convencido que la forma es muy importante. Los postulados de nouvelle vague, eso de “la cámara en la mano y la idea en la cabeza”, son paparruchas adoptadas por los snobs, porque se podrán tener muchas cámaras y muchas ideas… pero siempre se necesita dinero.

-¿Cuál es, a su juicio, el lugar que ocupa el cine chileno entre las demás cinematografías latinoamericanas?

-Con las desgraciada desaparición del cine brasileño, arrasado por el gobierno, con un cine argentino que descendió en la renovación que prometía Solanne y con limitado cine didáctico e la revolución cubana, se da el fenómeno que el cine chileno es el que aparece como el más original, por lo menos en opinión de la gente que conoce cine en Europa. Tenemos el caso de “Aquí no pasa nada”, el último filme de Raúl Ruiz, exhibido en Pessaro y celebrado, entre otros, por el importante crítico Max Tessier, de L’Ecran Francais.

– ¿Qué intervención tiene Telecinema en Estado de Sitio, de Costa-Gravas?

-Pagó por los servicios prestados durante el rodaje en Chile y todas las utilidades de su exhibición en Chile, más las ventajas que significan los contactos con los centros de producción europeos. Con satisfacción puedo decir que Estado de sitio acaba de obtener el premio Louis Delluc, el más importante de la cinematografía francesa.

-¿Cuánto duró la filmación de “La metamorfosis del policía”? ¿Quiénes intervinieron en la realización?

-Debido a la “parte opaca” de mi labor cotidiana, el trabajo en TV, ésta ha sido la película que más me ha demorado: doce semanas. La mayoría de las cosas suceden de noche, porque sólo a esa hora tenía tiempo para dedicarme a la filmación. Es la primera vez que he fabricado un set. Para comparar tiempo de rodaje, Lunes 1°, domingo 7, demoró 22 días, Caliche sangriento, 28, y Voto más fusil, una enormidad: 37 días.

El equipo de producción es: el fotografía e iluminación, Silvio Caiozzi, que trabajó conmigo en Caliche y Voto; producción: Eduardo Durán; sonido: Ernesto de la Fuente; música: Orlando Avendaño. El guión me pertenece, si es que puede llamarse así  los “apuntes de filmación”. Los principales actores son: Marcelo Romo, Rafael Benavente, Patricia Guzmán, Vicente Santa María, Mario Montilles, Anna Gabella y Arnoldo Berrios.

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-¿Cuál es el próximo proyecto en carpeta?

-En realización, ninguno, pero en marzo viajo a Europa a supervigilar el proceso final de La metamorfosis.

 


Voto + fusil en París (Cuadro adjunto)

En el Studio Saint-Séverin, todos los días a partir de las 11 horas, un numeroso público parisiense asiste a la exhibición del estreno chileno Voto + fusil, del director Helvio Soto. Aplausos al final, comentarios en el foyer, interés por atisbar algo del proceso chileno a través de un filme que el crítico Gilles Jacob, de la revista L’Express, califica de “francamente apasionante, cuando describe el período posteleccionario”.

El comentario francés, junto con otros de diarios como France Soir, aparece en la revista junto a otro filme conflictivo: Flesh, doce horas en la vida de un neoyorquino. Sobre Voto + fusil el temido Jacob agrega: “Diáctica, a veces confusa, Voto + fusil tiene, sin embargo, una cualidad más que corriente: hace pensar”. Jacob la considera “segunda que estudia las dudas y las luchas de la izquierda chilena. Antes y hasta la llegada al poder de Salvador Allende”.

En la misma semana, era Todos estamos en libertad provisional, de Damiano Damiani, otro de los filmes polémicos de corte socio-político, con un protagonista como Franco Nero, el que lucía en una especie de trío con el filme chileno y Un homme est Mort, de Trintignant.

Curiosamente, el estreno de Voto + fusil coincidió con los preparativos para el estreno en París de Estado de Sitio, de Costa Gavras y protagonización de Yves Montand, mañana jueves 8. El filme, en el que colaboró Helvio Soto, acaba de obtener el premio cinematográfico Louis-Delluc.