Llega a cartelera La Maldición, película de terror hablada en inglés y filmada con actores chilenos en Puerto Octay, que tiene como principal carta de presentación estar producida por Eli Roth –el creador de la saga Hostel– y generada por las mentes de la productora Sobras, responsables de la trilogía Que pena tu vida…boda…familia, entre otras películas.
La asociación entre Sobras –liderada por el director Nicolás López, el productor Miguel Asensio y el guionista uruguayo Guillermo Amoedo– con el reconocido director estadounidense Eli Roth ya tiene varias películas a su haber. El modelo de producción que elaboran juntos ha sido bautizado como Chilewood, y utiliza locaciones, actores y logística chilena para la creación de películas de género con proyección internacional. En 2012 se estrenó Aftershock, dirigida por Nicolas López y protagonizada por Eli Roth, luego siguió The Green inferno en 2014 y Knock Knock con la actuación de Keanu Reeves. La Maldición (The Stranger), se suma a este grupo de producciones y se estrena en Chile, luego de ganar el premio a mejor película Iberoamericana en el festival especializado en género Sitges, en España y de asegurar distribución en más de treinta países.
La Maldición es el segundo largometraje de Guillermo Amoedo -co guionista de parte importante de las películas de Sobras- y cuenta entre sus actores con otros fieles colaboradores de Chilewood como Ariel Levy y Lorena Izzo, además de Luis Gnecco, Alessandra Guerzoni y Cristobal Tapia Montt.
Ahora, cuando hablamos de cine de género asumimos que hay muchas cosas instaladas previamente en la mente del espectador que hacen que la película sea leída desde allí. Hay ciertas lógicas y códigos que el género permite que funcionan en este contexto y no en otro. Tipo de situaciones, personajes y conflictos que resultan familiares, pero que adquieren su interés en la revisión que el director haga de ellos en su propia propuesta. El problema de La Maldición es que se instala al interior de esta lógica de género, confiando en que ésta explica por sí misma todo lo que sucede en el interior del filme y sin aportar mucho en términos de originalidad.
Porque aunque nos instalemos dentro del mito vampírico, incluso a las películas de género el espectador les puede exigir que posean cierto nivel de coherencia y verosimilitud. En este caso, por un lado se trata de una película que se mueve casi por inercia, ya que no sabemos cuál es el conflicto de los personajes, ni porqué hacen lo que hacen, y por otro está llena de situaciones tipo “justo iba pasando por aquí” en donde no se explica cómo los personajes llegan a un lugar en el momento oportuno.
La utilización de una locación del sur de Chile como un espacio geográfico que podría estar en algún lugar al norte del continente podría haber sido un acierto si se hubiese sacado más partido a la atmósfera que este tipo de lugar ofrece, algo similar ocurre con la banda sonora que es realmente bella, pero que no contribuye al ambiente. En ese sentido, el de los recursos, la película sufre de ciertos desequilibros ya que se nota una importante inversión en un par de escenas de gran impacto, pero descuido en detalles de la dirección de arte, especialmente en maquillaje, en donde la película adquiere un tono amateur que no es coherente con su propia propuesta.
La Maldición es una película se deja ver, pero a costa de que el espectador pregunte poco y no cuestione nada. Y la verdad es que no da muchas razones para que un fanático del género la escoja en lugar de tantas otras de similar nivel de producción, pero mucho mejor logradas.