FECIPA: 10 años de cine al extremo sur del continente
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Blanco en blanco se coronó como mejor largometraje del Festival de Cine de la Patagonia Aysén cuyo trabajo territorial cumplió una década de aporte al desarrollo cinematográfico de la región.

Los festivales de cine en regiones han contribuido a la difusión cinematográfica en localidades que a menudo carecen de espacios para ver películas fuera de las multisalas comerciales. Además de ofrecer sensibilización frente a un cine no comercial, aportan a la distribución y exhibición de filmes nacionales y, prioritariamente, de cine de autoría local. Es decir, figuran como espacios de encuentro.

Es el caso del Festival de Cine de la Patagonia Aysén, gestionado desde la Agrupación Patagonia Visual, una organización social y cultural que se levanta desde la sociedad civil, asumiendo un rol activo en la gestión de iniciativas artísticas y culturales en la región de Aysén.

Su primera edición se remonta al año 2009, impulsada por la inexistencia de espacios culturales que promuevan el desarrollo audiovisual en la región y por la falta de programación de funciones de cine para sus habitantes, un escenario recurrente en distintos territorios del país.

CINE REGIONAL

En aparente estado de lejanía, FECIPA construye espacios de encuentro, el cine es eso, sin brecha geográfica. Tras una década de trabajo continuo y ante un escenario adverso es natural preguntarse cómo logra sobrevivir al paso del tiempo un festival de cine regional. Marcelo Becerra, director del certamen, otorga una respuesta: son las mismas ganas iniciales las que son capaces de sostener este proyecto pero, ¿es suficiente el impulso por parte del equipo que mantiene su compromiso con el proyecto? ¿Bastará la autogestión?

«Esta condición que otorga mucha autonomía, si bien ofrece múltiples posibilidades desde el punto de vista de la libertad creativa y de programación, mantiene al festival en una condición de vulnerabilidad, desde el punto de vista de su sostenibilidad financiera, limitando sus posibilidades de crecimiento y haciéndolo dependiente de fondos concursables de alcance nacional, donde una iniciativa como esta debe competir por recursos con proyectos similares ubicados en el resto del territorio nacional», reflexiona Becerra.

Pese al trabajo sostenido y la importancia de un festival como este para el desarrollo del audiovisual en el extremo sur de Chile, se mantiene la condición de fragilidad del certamen, que dada su esencia debe realizar anualmente esfuerzos por reunir los fondos que le permitan llevarse a cabo y mantener la calidad de convocatoria, producción y difusión.

“Desde FECIPA creemos que se debería apostar a una línea de financiamiento directo y/o programa que apueste a la proyección y desarrollo de eventos que adquieren especial valor como dinamizadores del cine a lo largo del país” añade Marcelo, quien ve en los festivales de cine regionales agentes cruciales para el desarrollo democrático y descentralizado del cine en Chile.

A pesar de las dificultades financieras, la colaboración permite seguir avanzando. Las instancias cinematográficas ven en el trabajo cooperativo una forma de resistencia clave, pues la conformación de redes de trabajo y alianzas permiten fortalecer y multiplicar su alcance. Para el equipo de FECIPA, su proyección a futuro es construir una plataforma institucional que otorgue mayor solidez al proyecto, de manera que sume recursos y capacidades para sostener el festival. “En este espacio esperamos sumar al sector público, privado, académico y del patrimonio como la Universidad de Aysén o el Museo Regional”, plantea el director del evento.

FECIPA 2022

Recientemente el Festival de Cine de la Patagonia Aysén celebró el cierre de su décima edición que se llevó a cabo entre el 2 y el 8 de mayo de 2022. Durante esos siete días realizadores y realizadoras de todas las latitudes del país, pero en especial, de la región, fueron convocados a seguir generando redes de trabajo e intercambio creativo, aportando así al desarrollo audiovisual de la zona.

La ceremonia de clausura realizada en el Museo Regional de Aysén, contó con la presencia del Seremi de las Culturas de Aysén, Felipe Quiroz, el Consejero Regional Rocco Martinello, el Director del Festival de Cine de la Patagonia de Aysén, FECIPA, Marcelo Becerra, y el público aysenino, que asistió de manera presencial a la exhibición de los más de 50 filmes de Chile y Argentina.

Los filmes galardonados del 10º Festival de Cine de la Patagonia de Aysén fueron:

  • Mejor Largometraje Categoría Patagonia Territorio Cine: Blanco en Blanco, filme chileno dirigido por Theo Court y protagonizado por Alfredo Castro. Ambientada en el preludio del siglo XX en los años desoladores del genocidio de los Selknam. 
  • Mejor Cortometraje Patagónico: El Desvío, cortometraje argentino dirigido por Pablo Tosco. Un solitario hombre vive en un lugar inhóspito de la estepa Patagónica, senderos que antes recorrió con libertad hoy se encuentran lacerados por alambradas que demarcan tierras privadas de un desconocido.
  • Mención Honrosa Categoría Patagonia Territorio Cine: Documental chileno Vestigios de Brian Cullen. Una ventana para conocer sobre la maravillosa Araucaria araucana, testigo silencioso de las transformaciones del planeta por millones de años.
  • Premio del Jurado: Documental chileno El sol es la única semilla de Esteban Santana. Una mirada íntima en pandemia desde la familia y el cine transformándose en una máquina del tiempo.
  • Mención Honrosa Categoría Cortometraje Patagónico: Cortometraje argentino Twakana Yagán de Ignacio Leonidas y Rodrigo Tenuta. En Ushuaia, Tierra del Fuego, vive la comunidad Yagán Paiakoala referentes de un pueblo ancestral allí vive Catalina Yagan, de 89 años quien recuerda el canto de su abuelo.

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