Estrenos: Chile, el gran desafío
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Documental chileno. Director: Alvaro J. Covacevich. Color. 1973. Mayores y menores.

Este “desafío” es un filme turístico. Al calor de la recién terminada campaña parlamentaria se le sindicó como obra política. Y tal carácter se le dio desde ambas trincheras. El gobierno lo utilizó para dar una imagen positiva de su gestión –por lo menos en el campo internacional- y la oposición calificó su exhibición tan cerca de los comicios como “intervención electoral”. Pero se trata solamente de una obra “externa”, superficial, cuya única finalidad es entregar una visión folklórica del periplo de quince días del Presidente Allende, el año pasado, por varios países.

Se muestran las principales escales de su viaje aéreo –no están Venezuela ni Perú- comenzando por entregar, como introducción y antes de los originales títulos, una visión pictórica de Chile a través de sus paisajes de Norte a Sur. Luego se incluyen las etapas en México, Argelia, URSS, USA, finalizando en Cuba. La técnica del documento ha sido seguir al Presidente a cada país, filmar las manifestaciones de bienvenida y los actos oficiales, parte de sus intervenciones y, de paso, para vitalizar la imagen, exponer algunas notas –recurriendo a veces a filmes de archivo- sobre la historia del país visitado, insistiendo en su significado como pueblo.

El discurso más destacado en la imagen y más impresionante en la palabra es el pronunciado ante el Congreso mexicano. Las visiones más notables para el espectador son las que corresponden al colorido del país de los charros, las del suntuoso Kremlin, la representación filmada directamente del fragmento de Romeo y Julieta (de Prokofiev) en el Ballet Bolshoi de Moscú, y la transparencia tropical de Cuba con la multitud enorme apilada en la plaza de la Revolución para escuchar las palabras del visitante chileno y del líder caribeño.

El documental dura dos horas y –a pesar de que no se hace cansador- podría haber ganado reduciéndose en unos veinte minutos. Aunque muchas de sus secuencias son conocidas por otros filmes internacionales sobre países y lugares del mundo, lo importante del filme de Covacevich es que se trata de un resumen con caracteres periodísticos de la gira presidencial. Este es uno de los méritos más definitivos de la cinta, y no es una casualidad, pues la documentación estuvo a cargo de las periodistas Marcia Scatlebury y María Teresa Diez. También hay que destacar la música de Los Amerindios, que interpretan en su estilo pasajes melódicos relacionados con el país descrito en las imágenes.

En el campo cinematográfico, es evidente que Alvaro Covacevich se siente más en su elemento en este tipo de cine, con notas pintorescas y ágiles, que en sus fracasadas meditaciones trascendentales llevadas al celuloide. Se obtuvo así una obra, aunque débil en sus puntos ideológicos y típicamente “revolucionarios”, muy atractiva en lo visual.

Con ella también se demuestra que para hablar de un país y un gobierno no es imperativo utilizar un lenguaje de odio, que es el tic obligado de cierto cine político.

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