Escuela de Cine de la UC. Luz, Cámara: ¿acción?
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ENTRE otras muchas actividades, la Escuela de Artes de la Comunicación mantiene la Escuela de Cine, que cuenta entre sus profesores a Raúl Ruiz, Rafael Sánchez y Agustín Cardemil. Los logros alcanzados se pueden medir en toda una serie de ejercicios que semestralmente realizan los aspirantes, algunos de los cuales sobrepasan de lejos la mera tarea escolar. Ocho alumnos están pronttos a recibir el Vº Bº que teórica y prácticamente los habilitará para intentar la profesión. Ellos son Carmen Duque (21), Sergio Allendes (32), Cristián Sánchez (21), David Vera (29), Ignacio Aliaga (22), Sergio Navarro (29), Rodrigo González (24) y Carlos Witigg (22). Salvo los dos mencionados en primer término y el último, con los restantes tuvimos ocasión de mantener una informal charla luego de la proyección de sus trabajos. Resulta una agradable sorpresa comprobar el alto grado de conciencia y autocrítica con que encaran no sólo su condición actual de estudiantes sino también la inminente perspectiva de poder, quizá, realizar cine a otro nivel. Salvo Vera, benjamín del grupo, inclinado a mantenerse en lo que se concibe como “cine de autor”, el resto muestra una franca serie de interrogantes para abrirse a un tipo de expresión diferente de estrecho de contacto con la realidad, circunscrito a las necesidades más o menos contingentes de ésta, pero con un lenguaje nuevo, partiendo de la necesidad de ir entroncando formas nuevas para los contenidos inéditos. Reconocen que la formación teórico que recibieron en un principio, dentro de los marcos del estructuralismo, los mantuvo un tanto alejados de los meollos reales del problema. Pero una vez que tuvieron que enfrascar en la praxis concreta como realizadores, allí recién pudieron palpar limitaciones y posibilidades, los elementos reales a partir de los cuales pasa el cine. Una de las preocupaciones que vertebra inquietudes y aspiraciones es la carencia de una cultura elaborada, dada la condición de país dependiente que ha venido soportando Chile: “En este terreno estamos aún en la adolescencia”, aseguró Allendes. Por otro lado, desechan la vieja estructuración clásica de funciones en el cine actual, prefiriendo la elaboración temática y de realización dentro de un planteo colectivo grupal. Bajo esos cánones han realizado la mayoría de sus experiencias. Además, la inexistencia de una industria cinematográfica, con los limitaciones que esto implica, los inclina a sostener que una de las salidas podría estar en la formación de pequeños grupos de realización, en forma de cooperativa. Desechan bastante radicalmente la perspectiva de un cine de costos millonarios, para el gran consumo, lo cual –afirman- no es condición que lleve a sostener o proponer uno de tipo experimental, culturalista, constreñido a dirigirse sólo a pequeños sectores. Casa viejas (Vera), Chile Tudéi (González) o Prohibido virar izquierda (Wittig) hacen presumir, en el tirano terreno de los hechos, que las aspiraciones no están en lo más mínimo desgajadas de los tiempos que corren (A.G.R.)

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