Entrevista con Santiago Serrano, co-director de “El Elegido”
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El Elegido (2008)

Pedro, el protagonista del metraje en cuestión, fue ungido alcalde de Coquimbo en las primeras elecciones de los gobiernos municipales (1992) luego de la dictadura. Luego, fue reelecto tres veces consecutivas administrando la ciudad-puerto hasta el 2006, fecha en la cual fue llevado a la justicia siendo destituido por fraude al fisco.

El Elegido se articula principalmente como un documental de seguimiento que abarca los últimos meses de vida edil –mas no política: hoy es diputado–, de un personaje consciente y hábil en la construcción discursiva de si mismo, y por ello, de ego incontinente y gloria siempre insuficiente. El humor cáustico, las muletillas –y ademanes– de pregonero evangélico, la constante brega callejera y las encumbradas justificaciones que dieron origen a los emprendimientos que ennoblecieron la maltrecha urbe forman parte de la batería elementos que constituyen un metraje pulcro y rebosante de ubicuidad. El Elegido logra ser -y parecer- mucho más que un archivable material de campaña y, a la vez, mucho menos que un juicio valórico encubierto.

Es en ese equilibrio aséptico, de cobertura llana y solo aparentemente acrítica, es por donde se dejan entrever los recursos discursivos de un individuo predispuesto sin culpa -y hasta con goce- a la constante homilía en clave picaresca. Con el uso de razonamientos esgrimidos con la parsimonia y la confianza de alguien que conoce al dedillo a sus electores, se complementa -y ratifica- el febril apoyo popular aun presente, uno rara vez visto hacia un político contemporáneo sentenciado por la justicia.

“¿Quien es el mas responsable de todos uds?… Elijan uds… elijan a un líder” –exhorta el protagonista a un grupo de adolescentes. “¡Cachipún!… cualquiera no más” reza la convicción de los aspirantes a ciudadanos.

Santiago Serrano, co-director de El Elegido, despliega algunas observaciones sobre su –en aquel entonces– proyecto de titulación.

1. PROYECTO
Si bien en la etapa seminal de la realización el co-director (Rodrigo Reyes) trabajaba como periodista en Coquimbo y por tanto uno supone que llevaba un registro rutinario de la actividad pública del alcalde, luego, ¿en que momento puntual uds conscientemente conciben todo ese acopio de material como un potencial proyecto documental sostenible?

La verdad es que Rodrigo no llevaba un registro rutinario de la actividad pública del alcalde. Rodrigo trabajaba como periodista en la Intendencia de La Serena y en diversas actividades se topaba con el alcalde, pero no era parte de su trabajo estar cerca de Pedro Velásquez.  El génesis del proyecto es otro. Implica un cruce de circunstancias. Varios años antes, para un 18 de septiembre en La Pampilla tuve la oportunidad de conocer a Velásquez. Después las cosas comenzaron a coincidir. Con Rodrigo debíamos hacer nuestra tesis para titularnos de periodistas y decidimos hacer un documental sobre La Pampilla, pero las fechas eran complicadas. Entonces él tuvo la idea de hacer un film sobre Velásquez. Desde el principio, mucho antes de grabar, se considero el proyecto como un documental. Después de eso hicimos los contactos necesarios, conseguimos la propia autorización de Pedro Velásquez y establecimos fechas para seguir a nuestro personaje, entrevistarlo y grabar otras escenas. Como era una tesis teníamos una fecha límite para terminar todo.

2. MONTAJE
En este proyecto se ejemplifica como la realidad expande lo planificado, pues luego de “terminar”, ustedes retoman el material y lo re articulan haciendo más complejo e interesante a la vez el perfil del personaje, ¿qué significaba para ti el asunto del Juicio que experimenta el personaje?, pues en definitiva los exhortó a absorber más elementos que podían –y lo hicieron– extender el proceso de realización de forma mucho mas incierta y extendida en el tiempo. Y en base a esto ¿cómo definieron internamente el cierre definitivo de un proceso que incluso podía continuar y volver a re-editarse?

Es exacto. Cuando uno trabaja con la realidad, esta nunca deja de producir situaciones. Un documental como el que hicimos podría alargarse indefinidamente mientras Velásquez esté vivo. De hecho no incluye la parte en que es electo diputado, lo que seria muy interesante para la historia, pero que ocurrió muchos años después de que finalizáramos la película.

Pero básicamente tuvimos dos etapas, primero filmamos a Velásquez durante su campaña para un cuarto periodo, incluyendo su elección, la que ganó con más del 75% de los votos. Y una segunda etapa se vivió cerca de dos años después, cuando ocurrió el juicio. Esta es la razón por la que existen dos versiones de la película, siendo la definitiva El Elegido.

El juicio es muy importante para entender la extensa variedad de matices que posee Pedro Velásquez. Y nos pareció el final adecuado para un proceso de realización que en definitiva duró cerca de 3 años.

Luego de eso se decidió el cierre definitivo del proyecto.

3. ESTRUCTURA
Cuéntame un poco del trabajo teórico y la estructuración, es decir ¿que pautas y criterios usaron para ir determinando cuando y como captar esas escenas que necesitaban o deseaban obtener?, digo, considerando que un alcalde –por lo general– está todo el día en la calle, en reuniones, moviéndose frenéticamente…lo que en definitiva condiciona la logística de la producción misma.

Hay harta calle en este documental. Había que reaccionar rápido y muchas imágenes e historias quedaron fuera del montaje por deficiencias técnicas. Pero el objetivo principal era vivir la experiencia de hacer un primer documental con todas las eventualidades que esto implica a nivel técnico y logístico. La historia fue surgiendo a medida que grabábamos, aunque teníamos una estructura principal que se ve reflejada en la construcción del documental, con entrevistas, momentos inesperados, retratos de Coquimbo y revisión de la prensa, entre otros.

4. DOS
A guiar el proyecto en dúo ¿cómo se dividieron el trabajo? y durante antes y durante el proceso ¿Qué criterios los unían? ¿Tuvieron discrepancias formales respecto como conducir la narración? ¿Cómo iban resolvieron ese aspecto cooperativo?

La verdad es que nos entendimos muy bien. Ambos teníamos distintas responsabilidades laborales así que trabajamos de forma complementaria, aportando cada uno una mirada distinta que enriquecía el trabajo final. Nunca tuvimos grandes discrepancias. Compartíamos una misma visión sobre la historia que teníamos enfrente.

5. CONSTRUIR
¿Cómo construyeron o se plantearon las escenas callejeras?, por ejemplo, donde el personaje les da dinero a unos muchachos o el regaño buena-onda al trabajador beodo, ¿El protagonista pedía revisar el material y ser parte de la pauta (considerando que trabajan con su imagen), o uds mantuvieron total independencia respecto la construcción del metraje? ¿sentías que tenían uds una responsabilidad al respecto?

Mantuvimos total independencia respecto al trabajo. Velásquez nunca nos pidió revisar las imágenes ni censuró nuestro trabajo de forma alguna. Obviamente que él era consciente de la presencia de la cámara y lo que eso implica. El personaje de El Elegido es el Velásquez que vimos a través de una cámara, nunca podríamos decir que es un fiel reflejo de la realidad. Finalmente lo que se ve en pantalla es la visión de los realizadores sobre el tema.

Cuando se hace un documental así se siente una responsabilidad importante por que lo que se haga creará reacciones. En este sentido, la realización del documental fue un importante ejercicio para mantener la independencia y reflexionar sobre ella. Característica que es fundamental para ejercer un buen periodismo, y también para crear documentales.

6. PUNTO DE VISTA
¿Sentiste en lo personal –en algún momento– que el metraje podía ser leído como una pieza de propaganda o una construcción reivindicativa sobre el ascenso y la bochornosa caída de una figura cuasi heroica y popular?, luego ahora en retrospectiva ¿cómo recuerdas que lidiaron con esa opción formal?

Era un riesgo, tratamos a través del montaje que eso no sucediera. Sin embargo, es voluntario crear dicha sensación de propaganda en el documental, antes de que la tortilla se dé vuelta. Forma parte de una visión muy presente en Coquimbo y que equilibra y permite adentrarse en la complejidad del personaje.

7. PRODUCCION
Cuéntame, como pudieron financiar el documental, y en su momento, ¿que expectativas tenían para su distribución y difusión ¿estas se cumplieron? Finalmente, dentro de esta lógica, ¿cual era el escenario de realización documental el 2005, en Coquimbo, según tu percepción?

El documental lo financiamos con nuestro dinero, cerca de 500 mil pesos en total, mas la ayuda técnica de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile perteneciente al ICEI y el entusiasmo de muchas personas que nos siguieron en esta aventura. Se cumplieron las expectativas mas importantes ya que fuimos capaces de enfrentarnos por primera vez a un proyecto de cierta envergadura, lo que da inicio a un camino de realizador audiovisual. Afortunadamente este trabajo fue proyectado en los festivales de cine de Valdivia, Antofagasta y Ovalle, además de un muestra de documentales chilenos en París, pero la difusión es un tema difícil. En Coquimbo solo fue exhibido durante dos noches en un bar del barrio inglés.

 

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