Entrevista a Marcelo Becerra, director del FECIPA

Hasta este miércoles 10 de febrero se extiende el plazo para participar del Festival de Cine de la Patagonia (FECIPA), que se realizará entre el 7 y el 10 de abril. En esta sexta versión del certamen que se lleva a cabo en la ciudad de Coyhaique, convoca a trabajos para las categorías de Largometraje chileno y Regional, este último, sólo para realizaciones producidas en la Patagonia. Las postulaciones se realizan en www.patagoniavisual.cl.

Para ahondar más en el perfil e intenciones de esta nuevo FECIPA, conversamos con su director Marcelo Becerra.

¿Qué expectativas se tienen para esta nueva versión de FECIPA?

– Atraer y ampliar un público que disfrute y celebre la exhibición de trabajos de gran calidad fílmica y narrativa, desplegando un festival que rompa las fronteras administrativas del sur chileno y sea capaz de invitar a realizadores de todo el sur del continente, con quienes se tiene un territorio común, para ver en pantalla esas historias y lugares compartidos. Pensar en salas llenas en una época del año en que nuestra ciudad comienza a disminuir sus velocidades con miras al invierno, es un objetivo que nos proponemos y al cual estamos profundamente dedicados, buscando romper las lógicas de la convocatoria, para que el festival sea parte de un público y creadores cada vez mayor.

Ya con las convocatoria abierta, ¿qué perfil se pretende obtener para esta versión?

– El festival se refiere al origen del cine, o como hacer un cine desde un confín del globo. Para esto hay dos competencias: una nacional, de largometrajes, y una competencia regional que invita a realizadores con trabajos sobre Patagonia, tanto nacionales como extranjeros. La primera, apuesta por recibir películas, de documental o ficción, buscando confrontar y hacer dialogar esa frontera. Buscamos abrir para el público este espacio crítico de la distancia aparente entre estos dos mecanismos.

Por su parte la competencia regional la extendemos de la región a todo un territorio sur que comparte soporte físico, natural, cultural y de producción, y esta vez fortaleciendo una competencia que busca romper la frontera político administrativa para recibir producciones de la Patagonia. Aquí el dialogo es entre miradas comunes que tienen por sujeto este vasto territorio que comparte historia y geografía. El reconocimiento que se otorga es el premio Territorio Fílmico, que refiere a una nuestra insistencia y convicción en la importancia de hacer cine y audiovisual en general en este extremo del continente.

Nuestra expectativa es dar un paso más en el crecimiento del festival dentro del circuito de festivales nacionales, y como una alternativa atractiva para un espacio patagónico que creemos puede conformarse como una red que facilite la creación de nuevos proyectos fílmicos. Tras esto el objetivo de ver en pantalla los lugares e historias de esta parte del mundo, como expresión artística, aporte al desarrollo social y cultural de las comunidades, y herramienta de acción política y económica. 

¿Qué importancia tiene un festival de estas características en una zona donde el cine no llega tan fuerte como en las grandes ciudades?

– El cine siempre es una fiesta, como una posibilidad de reflexión colectiva. El espacio público que se dispone en la sala de cine una vez que comienza la función adquiere un poder colectivo único, más aun en un lugar donde esto sucede solo en ocasiones… cuando llega la función del cine, su efecto es siempre cautivante e hipnótico.

Alguna vez un invitado de este festival nos comentaba que él creía que en una ciudad austral como Coyhaique, hacer un festival constituía un espacio de abrigo antes de la temporada más fría donde naturalmente nos replegamos a nuestras casas. El festival es un lugar donde vernos reflejados en pantalla, un lugar de visibilidad para una comunidad aun muy lejana, periférica, que sufre permanentemente el estigma de encontrarse muy lejos del algo que supuestamente sucede en otra parte. Nosotros no creemos esto, más bien que este festival viene a aportar a consolidar un centro de desarrollo para esta actividad y otras que relacionan con la labor cultural y artística.

El festival intenta hacer entonces dialogar imágenes ajenas y propias, para su reconocimiento y mirada en perspectiva. Queremos que las historias de esta parte del mundo tengan mérito para formar parte de un film, y que halla un público que espere estos contenidos, como parte de un rito de acudir al cine, para encontrar lugar para lo propio, o lo ajeno. El resultado transita entre la exhibición de imágenes obtenidas de la realidad y aquellas montadas para sugerir una nueva realidad. No obstante, el certamen, sugiere también la pregunta sobre la validez de las imágenes, y la desconfianza necesaria del espectador, frente a un formato que utiliza el truco y la ilusión como parte de sus recursos.

De qué otras formas, uds como agrupación, intentan mantener este interés de la gente en el cine, para que el festival no sea un acontecimiento aislado.

– Para la presente versión, “estiramos” el festival a lo largo del año en itinerancias de los trabajos en distintas comunas de la región y la articulación con otras organizaciones e instituciones para que el festival tenga actividad en distintos momentos, también en la propia ciudad de Coyhaique, sede del evento. Sin embargo, es siempre una gran tarea y responsabilidad lograr que el festival mantenga vitalidad, y que por consiguiente el público se bien acostumbre a acudir a este espacio democrático que es la sala de cine. Para esta versión se han diseñado jornadas de exhibición que siguen al festival, contemplando la exhibición de trabajos de la Selección Oficial del Festival de Cine de la Patagonia Aysén.

¿Cómo invitarías a los realizadores chilenos a participar de esta nueva versión?

– Invitarlos a un festival que realizamos con el mayor compromiso y dedicación, buscando se traduzca en un momento necesario para este lugar del país, que tiene su origen en un interés colectivo, articulando una oferta de contenidos que generalmente no se disponen en la región de Aysén. Nuestro festival lo hacemos con mucha responsabilidad, asumiendo la urgencia de mostrar estos contenidos, para un público que espera estos cuatro días de exhibición, y encontrar en la proyección de los trabajos,  aquellas claves que le permitan leer de manera crítica los acontecimientos, reales e imaginados, como un mecanismo para ver e interpretar la realidad y sus imágenes.