Entrevista a Ignacio Santa Cruz, actor y productor de «El Tío»
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El estreno de la película El tío ha causado mucho revuelo ya que entraste en el tema de una imagen que es muy potente y muy significativa para todos los chilenos desde muy distintos lados.

– Sí, Jaime Guzmán es un personaje muy controvertido que ha marcado la historia de Chile y efectivamente esta no es la película de Jaime Guzmán pero si aborda su figura y eso ha levantado bastantes polémicas.

La película lo que hace es adentrarnos en el ejercicio de tu personaje -que además eres tú mismo-, tratando de armar la obra de teatro que efectivamente se hizo. Así se mezclan las imágenes del proceso creativo con las imágenes de la obra de teatro y que recrean momentos imaginarios de la vida de Jaime Guzmán ¿Cómo llegaron, junto al director Mateo Iribarren a definir ésta como la manera de acercarse al tema?

– Fue un trabajo muy largo, este es un proyecto de 4 años. Primero logré reclutarlo a él para poder hacer una obra de teatro que yo quería estrenar cuando se cumplían 20 años de la muerte de Jaime Guzmán. Dado lo que pasó y lo que no pasó particularmente con la obra y con las enormes dificultades que tuvimos con los actores, con los medios de comunicación, con los políticos del partido que Guzmán fundó; nos dimos cuenta de que no fue suficiente la experiencia de la obra de teatro y decidimos prolongarla y hacer la película.

Fue muy interesante porque con Mateo provenimos de mundos muy distintos, él tiene muchísima más experiencia profesional que yo, es  parte importante –como guionista y actor- de lo que ha sido el último cine en Chile después del Chacotero Sentimental, entonces El Tío es su fruto. Es su ópera primera así que tuvimos de que dejar los egos de lado y enfrentarnos de esta manera a hacer la película. Porque claro la gente, quizás los partidarios de él, hubiesen esperado una biografía autorizada o una recreación prudente de su asesinato, pero nosotros siempre pensamos que irnos por ese lado era un riesgo absoluto, además contar una historia que aparentemente todos conocen, no era lo que a mí en términos personales me interesaba filmar. Entonces pensamos que había que exponer a Guzmán y eso significaba que la mejor manera de exponerlo también significaba exponer nuestras propias vidas.

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En general, el mundo de la cultura, de las ideas ha estado ligado al pensamiento de izquierda y aunque esta película no es de derecha, me parece que tampoco es de izquierda ya que es una película que trata de acercarse a la complejidad de un personaje, ¿Cómo trabajaron el equilibrio respecto a ese tema?

– Es interesante lo que tú dices, ya que es bastante cierto tal como Mateo dice en la película; él se propuso combatir a Guzmán con ideas y no con balas, entonces yo creo que tanto la obra de teatro como la película mantienen ese equilibrio que es bastante difícil de lograr con un personaje tan polémico y  una temática tan compleja donde probablemente lo más fácil sería atacarlo. En lo personal ha sido un proceso muy sanador también, ya que estoy cerrando un ciclo muy importante en mi vida con esta película y es bien especial porque con toda la información tan cercana que uno maneja con respecto al personaje -yo soy sobrino de Jaime Guzmán-  por lo que evidentemente es un proyecto muy arraigado a lo afectivo, pero que me parece es innovador y atrevido; y tal vez es muy valiente y honesto y eso yo creo que choca con el mundo de la política.

¿Cómo fue el proceso de pasar desde la obra de teatro, que es parte de la película también, al mundo cinematográfico? ¿Cómo fueron decidiendo las manera de construir la película en estos varios niveles; el proceso creativo, la vida personal de los personajes, la obra de teatro misma y algunos retazos que son absolutamente cinematográficos pero que unos los lee desde la obra de teatro?

– Yo creo que fue un proceso bastante natural, yo creo mucho en Mateo ya que tiene un alma creativa impresionante y precisamente la manera de cautivarlo fue con una investigación bastante seria. Fueron tres historiadoras que revisaron la vida completa de Jaime Guzmán, encontramos un dossier de 1000 páginas, mucha investigación en biblioteca, el archivo fílmico completo del personaje y bueno ahí construimos la obra de teatro. Después nos dimos cuenta que no queríamos que hacer la biografía sino que  hacer esta historia algo confusa dejando ciertas interrogantes para que el público descubriera ya hacia el final como terminan tanto él como yo. Pero sin duda fue un trabajo bastante difícil, llegamos a tener 11 versiones de guión antes de la de rodaje y claro también influyó en el proceso que fuera todo en orden y muy pensado, tuvimos un rodaje acotado de 19 días donde se filmó todo acorde al look de mi personaje que se transforma a lo largo de la historia y así se fue dando cada paso en orden.