Entrevista a Erick Aeschlimann, director de «Mujeres de Bolivia»
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Mujeres de Bolivia, el cortometraje de Erick Aeschlimann retrata con sincero aprecio dignificador un tipo de mujer latinoamericana hundida hasta el gaznate en el légamo de la viciosa y abusiva dependencia masculina que deviene en una sistemática posposición de la instrucción más elemental. Un tipo de mujer sumergida en faenas ponzoñosas y corrosivas por sacar adelante una jauría de espurios no menos víctimas de éste estado de las cosas. Ésta mujer no la tiene nada de fácil. El metraje devela con un tono resiliente éstas vivencias doloridas a través de tres mujeres bolivianas desprovistas de todo y achatadas por el peso de una sociedad que las ordeña hasta deformarlas, hasta diluir toda su femineidad, para finalmente precipitarlas a la lucrativa -para otros- brega enajenante que necesita vientres fértiles sucesivamente.

Sin embargo Mujeres de Bolivia nos recuerda mucho más en su capa más amplia, algo de lo que sabemos y vivimos actualmente pero no identificamos como un movimiento regional análogo unificador. El vecino país tiene una tradición de resistencia férrea y orgullo étnico, ante un corpus político nebuloso e indolente que pisotea y seguirá pisoteando. Erick que estuvo ahí, ahora reconstruye la experiencia.

1. TRABAJO SOCIAL
Cuéntame del rol de Escuela de Trabajo Social mencionada al comienzo del documental y, más allá de lo que manifiesta tu voz en off al comienzo, ¿qué acicate íntimo te llevó a la tremenda aventura de cruzar la frontera para retratar en las mujeres que protagonizan el metraje?

La verdad es que la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Arcis fue pilar fundamental para la realización de este documental, sobre todo Alex Cea, que en ese momento tenía un cargo en la carrera y que nos ayudó mucho a encausar el tema, dirigiendo notablemente la investigación algunos meses antes en Bolivia.

En relación con  la motivación de realizar este trabajo, creo que tiene que ver con dos temas fundamentales; en primer lugar, el tremendo deseo de conocer una Bolivia diferente a como la conocí años antes, cuando era presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, versus los primeros años de gobierno de Evo Morales. Quería ver cómo era ese cambio, como lo percibía la gente, el pueblo de Bolivia. En segundo lugar, queríamos saber qué rol cumplía la mujer en esta especie de revolución indígena, porque siempre tuvimos muy claro en el equipo realizador, que la mujer en todo Latinoamérica es el pilar de los movimientos sociales, sin embargo nunca ha sido reconocida como tal, bueno finalmente terminó siendo el tema del documental.   

2. PRODUCCION E INVESTIGACIÓN
Cuéntame del proceso productivo del corto, es decir, de cómo planteaste el proyecto para lograr el apoyo financiero que lograste, pues involucra un tremendo viaje al extranjero y a un equipo técnico y humano detrás. ¿Costó convencer de la importancia del proyecto y su vinculación con Chile a tu universidad?

Bueno, la verdad es que nuevamente tengo que mencionar a Alex Cea, porque gracias a su gestión, la universidad a través de la escuela de Trabajo Social, nos facilitó equipos para poder viajar a grabar a Bolivia. También tengo que destacar a la productora Provincianos Films, que también nos apoyó con equipos y con quienes hicimos una especie de co-producción, la primera creo de esta productora, porque luego ha colaborado con gran cantidad de películas de realizadores jóvenes y sin muchos recursos. Por otra parte, cada uno de los que me acompañó, que eran obviamente mis amigos, costearon sus pasajes y estadía, viajamos dos días desde Santiago a La Paz (en ese momento yo vivía en Santiago), así que el agradecimiento al equipo será eterno, porque confiaron plenamente en lo que yo quería hacer y me apoyaron. En resumen, este trabajo lo hicimos con muy poco dinero, pero con mucha convicción.

3. PERSONAJES
Exploras lugares claves en la economía de las mujeres y de Bolivia en general, pero ¿cómo identificaste o elegiste a las mujeres que protagonizan el metraje? ¿cuál fue el criterio  de selección y que disyuntivas se fueron fraguando mientras optabas por una u otra?

Creo que lo más rápido fue identificar a las mujeres, porque en realidad para lo que queríamos contar, cualquier mujer servía, pero obviamente buscamos a aquellas que tuvieran las ganas de contar su vida, sus esfuerzos y en ese recorrido, que fue la investigación, identificamos a las tres que aparecen. Luego en el montaje estuve a punto de sacar a Celia, la del Lago Titicaca, pero finalmente la dejé porque si bien no dice mucho con palabras, sus actos hablan por ella y creo que dicen mucho. En el caso de Flora y de Marina, me bastó hablar un par de minutos con ellas para darme cuenta que las tenía que entrevistar y que serían parte del documental. Recuerdo que lo primero que me dijo Flora fue que ella quería aparecer en el documental, porque quería contarle a los chilenos que con esfuerzo y con cariño se puede revolucionar el mundo, eso me dejó perplejo.

4. CONFIANZA: “Tenemos que dar la cara”.
En muchos momentos la mujer, que trabaja en el mercado, manifiesta que la sensación general del ciudadano es el rechazo o la desconfianza frente al extranjero, frente al que va a grabar ¿cómo te ganaste la confianza de todas, como entraste en su intimidad? 

En realidad esto fue lo más complejo, porque en el equipo teníamos a un canadiense y a un chileno canadiense, ambos en fotografía y cámara, con cara de “gringos” y por tanto la gente no nos compraba la idea de que los grabáramos así como así, pero una vez que nos acercábamos a la gente, ellos percibían que no teníamos malas intenciones y se entregaban. En general los bolivianos y bolivianas son personas muy amables, en un principio desconfían, pero cuando te ganas su amistad, son tremendamente gentiles. En todo caso, es normal que la gente sienta desconfianza, porque durante años periodistas, cineastas o lo que sea, han utilizado la imagen del indígena para vender, pintando una imagen muy superficial de la cultura andina.

Respecto a como me veían, creo que con la misma familiaridad que las veía yo a ellas, y en general el equipo, ellas nos cobijaron como si fueran nuestras madre o abuelas y nosotros en varias ocasiones se lo hicimos saber, eran muy cariñosas, en todo momento se preocupaban de nosotros; de si habíamos comido, si teníamos frío, que era muy tarde para andar con tanto equipo, etc. Creo que nuestra honestidad nos abrió sus puertas, algo que es esencial en el cine y que espero no perder.

5. HIJOS
Sin duda que el relato lo sostienen los testimonios de las tres mujeres, pero ¿en algún momento consideraste hurgar en la mirada de los hijos (o parientes varios) frente a la problemática social y familiar, donde sus madres cargan literalmente con el peso de la familia?

Lo pensé, incluso hay algunas entrevistas a hijos, pero en el montaje me di cuenta que era recargar las acciones y el relato, además creo que cuando hablan los hijos la carga dramática baja, porque se transforma en otra cosa, no en lo que queremos contar. También estuvimos a punto de entrevistar a Evo, pero no resultó, lo que nos amargó en cierto modo, sin embargo luego me di cuenta que también habría ensuciado el relato, así que fue para mejor, porque en cierto modo nuestra tesis era que a Evo lo pusieron las mujeres, y que como lo pusieron, lo podrían sacar en cualquier momento, obviamente hay un análisis mucho más profundo que se puede decir de este tema, pero es para otra conversación.

6. ESCENA FINAL
Prácticamente terminando el documental asoma una situación bastante implacable, donde emerge “otra” mujer de Bolivia, tal vez menos representativa de la mirada que querías construir, pero igualmente se da cuenta de un estado de ánimo y una realidad paralela bien cruda, ¿cómo llegaste a la decisión de dejar ese material y que te provoca en lo personal el triste y desenfadado testimonio de esa joven? ¿te encontraste con mas situaciones de ese calibre?

Creo que esa escena tenía que ir por una sencilla razón. Mi tesis es que la mujer latinoamericana, la mujer boliviana, ha sido pilar fundamental en nuestra sobre vivencia, es a quien los invasores en primer lugar, con sus creencias y con sus vicios, y los terratenientes en segundo lugar con sus abusos, jamás pudieron vencer, a diferencia del hombre; entonces, mostrar a esta mujer al final del documental, reafirma la tesis de cual es el camino que debemos seguir, sobre todo luego de ver en la escena anterior una numerosa marcha de mujeres comprometidas con la revolución de su país.  

7. EXHIBIR
El documental fue ser exhibido en Bolivia, ¿cierto? ¿Cual fue la reacción del público en general? y sobre todo me intriga, ¿vieron el documental sus maridos, sus hijos y todo aquel que pusiera en duda, ignorara o menospreciara el esfuerzo de éstas?, digo, para intentar cambiar de actitud y darles mas que un aliciente en su autoflagelante ritmo de vida.

No volví más a Bolivia, así que no tengo idea que pasa cuando lo ve la gente, sin embargo amigos me han dicho que en general el recibimiento es positivo. En cuanto a los familiares, no tengo noticias de todos, porque por ejemplo nunca más supe de Celia, por su lejanía en la isla Suriki, pero en general, creo que ninguno de los familiares nunca tuvo dudas de sus mujeres, es como lo que nos pasa a nosotros, con nuestras madres y abuelas, no ponemos en duda que sean maravillosas, pero rara vez lo reconocemos públicamente.

8. MUJERES DE CHILE
Siento que el documental tiene mucho en su tono, de una mirada hacia latinoamericana en su totalidad, y tratando de hacer un paralelo y vinculación con nuestro contexto de movilización social ¿cuales son las principales virtudes de las mujeres chilenas? Y ¿que tienen en común y/o que las diferencia, a tu entender, de las bolivianas? ¿qué podemos aprender de ellas que no poseamos? (tanto hombres como mujeres).

Creo que las mujeres tanto en Chile como en Bolivia no son muy diferentes, de hecho creo que Flora Roque, personaje del documental, es muy parecida a mi difunta abuela y no lo digo físicamente, porque ahí si que no hay similitud. Yo observo a mi pareja y su cuidado hacia la familia, con su trabajo, con su casa, con su país, hay muchas similitudes. La única diferencia que podría marcar, es que en Chile el consumismo y el arribismo, propios de nuestro sistema económico han puesto una barrera en nuestro desarrollo social y político a diferencia de Bolivia y otros países latinoamericanos. No obstante, creo que las cosas en Chile están cambiando positivamente, cuando grabamos este documental el 2008, y vimos como miles y miles de mujeres, estudiantes o mineros, marchaban por las calles de La Paz, ni se nos pasaba por la mente que en nuestro país pasara lo mismo, sin embargo hoy la vida se plantea con mucha más esperanza y sigo pensando que es gracias a la perseverancia de la mujer. 

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