Entrevista con Pedro Chaskel sobre «De vida y de Muerte, Testimonios de la Operación Cóndor»
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La reunión súper secreta, con sede en Santiago de Chile, que sostendría el entonces coronel Manuel Contreras con Francisco Alcibiades Britez, jefe de la policía paraguaya, estaba fechada para el 25 de noviembre de 1975, hace exactos 40 años. La misiva, firmada por Contreras, daría el comienzo formal a la denominada Operación Cóndor.

Kilos de documentos como ese y otros, arrumbados, humedecidos, en vías de descomposición, fueron hallados en 1992 en Paraguay y salvaguardados justo a tiempo. Conocidos hoy como los “archivos del horror”, conforme han sido analizados han ido revelando con lujo de detalle la coordinación que sostuvieron los servicios de inteligencia de gobiernos latinoamericanos con EEUU, durante los ‘70 y ’80, con el fin de perseguir, secuestrar, torturar y eliminar opositores y extremistas de izquierda.

A partir de aquel material Pedro Chaskel (1932), el cineasta nacional activo más longevo, trazó el desarrollo de su más reciente documental: De Vida y de Muerte, Testimonios de la Operación Cóndor. Proyecto iniciado el año 2000, cuando el tema apenas habia sido abordado en el cine y, finalmente, estrenado este 2015. Recién en 2004 John Dinges publicó The Condor Years, libro que reavivó un amplio interés por el tema. 

De hecho mientras Chaskel le daba cause al material, en paralelo dos documentales dirigidos por brazileros indagaron en este asunto. Cóndor (2007, 100’) de Robert Mader, realizado para History Channel, y La red cóndor (2012, 43’) de Rodrigo Astiz, para Discovery. También Matar a todos (2007), una ficción co-producción argentino-alemana-chilena-uruguaya, exploró aspectos de este conturbenio transnacional a partir del caso de Eugenio Berríos, el químico de la DINA conocido por la elaboración de gas sarín.

Pero a diferencia de los documentales mencionados –nutridos de pirotecnia visual–, la película de Chaskel posee un enfoque más cadencioso, una voluntad más receptiva, incluso para permitir que se vean en pantalla muchos documentos oficiales; cargados de frío y solemne rigor procedimental. Y si bien en la película se toma el tiempo de exponer cómo se maquinó esta coordinación, tanto más se interesa por explorar los testimonios directos de los que sobrevivieron o investigaron esta persecución a gran escala. Pero más inquietante resulta lo inusual (y que en Chile no ha pasado), cuando ex-militares argentinos reconocen responsabilidades institucionales y asumen en retrospectiva cómo se abordó la disidencia política en el cono sur.

En gran medida, De Vida… se emparenta y hasta dialoga con No es hora de llorar (1971), adelantado y audaz documental que Chaskel dirigió con Luis Alberto Sanz. En esa película se reunieron testimonios de guerrilleros brasileros y se reconstruyeron con perturbadora sobriedad los vejámenes que los militares les aplicaban. Las épocas se enfrentan e interpelan cuando uno de los entrevistados dice: “Un revolucionario cuando entra a una organización debe compenetrarse que está en una guerra. Y como nosotros estamos en una guerra y tenemos un enemigo real y concreto, no podemos hablar porque con cualquier palabra estaremos dando información al enemigo”. Aquel documental sería sin saberlo solo un botón de muestra de lo que vendría en breve, aunque con mayor dureza, precisión y a escala continental. Recién en 1987 entraría en vigor la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.

Luego de un arduo montaje, Chaskel estrenó el documental en abril de este año en el Museo de la Memoria y los DDHH. Además, acaba de pasar por Fidocs (festival que programó solo una mezquina exhibición) en el Foco Derechos Humanos, y luego se mantuvo de forma intermitente algunas semanas de agosto, septiembre y comienzos de octubre en cartelera en la Cineteca Nacional.

Consultado sobre el dilatado proceso de realización; la forma y estilo del mediometraje; lo que emerge de esta indagación; y la relación de la tv con el cine nacional, nos responde a continuación Pedro Chaskel.

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1. MONTAJE/GUION

Las entrevistas son al parecer todas del 2000. Luego, uno asume que los últimos 15 años fueron solo montaje ¿Fue así? ¿Por qué fue tan dificultoso procesar este material? ¿Qué estrategia o método tuvo que aplicar para llegar al corte definitivo? ¿Usó un guión?

El montaje pasó por diferentes intentos de estructurar un relato.  Probé diferentes opciones, (empecé agrupando las entrevistas por países, pero sentía que no funcionaban, o solo funcionaban a medias.  Las entrevistas en sí no eran malas, incluso algunas muy buenas como la de Lelia Pérez, pero no lograba integrarla con las demás. Llegó un momento en que abandoné el montaje con la esperanza que dándole tiempo se me podrían ocurrir alguna soluciones nuevas.  Así pasó mucho tiempo durante el cual retomé y volví a dejar el montaje muchas veces.  Cada vez llegaba a un callejón aparentemente sin salida.  Creo que empezó a cambiar en los últimos meses en que dejé atrás la agrupación por países y encontré poco a poco el verdadero sentido del material que habíamos grabado. El contenido humano de los relatos de los testigos, los investigadores y sobre todo de los sobrevivientes. Lo curioso es que el título De Vida y de Muerte… se me había ocurrido casi desde el principio y recién al final descubrí  su verdadera atingencia, fue cuando le puse el título “DE VIDA” al último capítulo.

2. TESTIMONIOS

¿Qué fue lo que más le llamó la atención de los testimonios que recabó? ¿Hubo algo que hubiese querido desarrollar y no pudo y que dejó afuera?

Tengo la impresión, después de todos estos años, que tal como está no le falta ni le sobra nada… es lo que normalmente sientes cuando terminas un montaje (sin imposiciones externas), pero no garantizo que a la vuelta de otros quince años le encuentre toda clase de errores o ausencias.

3. ESTILO

Podríamos decir que estilísticamente el documental es sobrio, es decir, no posee un planteamiento que pretenda ser visualmente trepidante o dinámico, lo mismo con la puesta en cámara ¿Cómo llegaron a esta opción?

En realidad siempre he creído que el estilo de un documental es una resultante. Es la resultante de la confluencia de las características del tema por una parte y de la sensibilidad del autor por la otra.

Creo que en la realización de documentales hay diferentes formas de abordar un tema:  Usarlo para el despliegue de toda clase de recursos formales caros al autor, solo como un pretexto para un juego más o menos brillante con mayor o menor éxito… Y la que vendría a ser el otro extremo de la gama de posibilidades,  sería empezar por la búsqueda de lo esencial del tema elegido,  de establecer las relaciones más estrechas con éste, de lograr una empatía, una resonancia, una relación de amor, o muchas veces de odio, no importa cual de los dos, lo importante es la relación, la resonancia.  De allí surgirá solo el planteamiento formal, el estilo.

En el caso de De Vida…  la austeridad fue una elección que el tema nos ya nos impuso antes de la grabación y luego confirmada durante el montaje: recuerdo haber planteado, para mí y para el equipo, que este documental requería de un tratamiento austero y me parece que el resultado lo confirma.

4. DURACION

Considerando la cantidad de documentación, testimonios y aristas posibles a desarrollar, la duración del documental es acotada, ¿fue esto algo que se dio o fue algo programado con antelación con un fin específico?

Hubo momentos en el montaje en que estaba alrededor de los 60 minutos, pero cortar lo que sobra es parte del respeto al tema. O sea, se dio.

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5. EX-MILITAR

Un ex-militar entrevistado, José Luis D’Andrea, parece otro tipo de militar, uno renovado, o que asume su responsabilidad de forma bien sorprendente. Hasta donde usted lo pudo conocer, ¿cómo llegó él a ese nivel de autocrítica, y porque cree usted que no ha pasado esto con los ex-militares chilenos vinculados a casos de DDHH?

Supongo que esto tiene que ver con una serie de conceptos que no por muy trajinados dejan de tener validez, me refiero a la entereza moral, a la valentía, a la cobardía, a la bajeza, etc.

D´Andrea era efectivamente un tipo de militar al que tuvimos el privilegio de conocer, diferente a otros.

6. EVALUAR

¿Cómo evalúa el resultado del documental según sus expectativas iniciales? ¿Qué cree que le falta o sobra?

Eso es cosa de los críticos, yo por mi parte estoy satisfecho,  del resultado y sobre todo de haberlo terminado. Se supone que siempre se puede más, pero en este caso… Por ahora cuando he tenido que verlo de nuevo y con público, no echo nada de menos y tampoco me sobra nada.

7. CAMBIAR

¿Cambió algo en usted, su opinión sobre lo que sucedió u otra cosa, luego de hacer este documental? ¿Descubrió algo que no sabía?

Uno siempre descubre cosas nuevas, si no este mundo sería, además de “una porquería” como dice el tango, una feroz lata…  y el papel del documentalista es de alguna manera el de ser un descubridor a jornada completa.

8. PROMOCION

Además del tema central de la película, y su valor en sí, también existe una esfera promocional, estratégica, de marketing y difusión, para que la pieza se vea, se masifique, llegue a su público ¿Cómo abordaron esta área tan importante para con este documental?

Eso tienes que preguntárselo a Marco Díaz, nuestro productor en esta etapa.

[Consultado sobre este tema, nos respondió lo siguiente]

El documental fue realizado con una estructura de costos de producción muy básica. La estrategia de marketing que se ha desarrollado posee las mismas características. Al no tener recursos económicos, hemos optado por colgarnos de los planes de medios que poseen los lugares dónde hemos estrenado el film, esto incluye, entre otros lugares: el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el Centro Cultural La Moneda, el Festival de cine de Valdivia, Fidocs. Además realizando un trabajo mediante las redes sociales que incluye facebook, apariciones del teaser en youtube, tarjetas digitales , etc.

La estrategia a seguir será similar, intentando generar nuevas formulas como integrarse a la programación de Miradoc, participar de festivales y muestras a nivel nacional e internacional, con la finalidad que la promoción de estos lugares pongan en conocimiento del público la existencia del documental (y por supuesto que lo puedan ver). Durante el 2016 se subirá el documental gratuitamente a alguna página especializada, para que toda la gente tenga acceso a él y además se realizará una edición en dvd.

9. FICCION

Leí que le gustó mucho El Club de Pablo Larraín ¿Por qué no ha incursionado usted en la ficción como director? ¿Le interesa?

Sí me interesa, pero… es largo de explicar, en todo caso mi gran amor es el documental.

10. TELEVISION

TVN reactivó hace un tiempo el ciclo Zona D Realizadores, un espacio dedicado el cine nacional con emisiones los sábados en la noche (La Red está haciendo algo parecido). ¿Qué le parece estas iniciativas y el cómo se están llevando a cabo?

No estoy al día con la tele, pero si presentan cine nacional, puntuales a una hora decente (tipo 22 o 23 horas) con una promoción adecuada durante la semana, me parecería muy bien e incluso sospecho que tendrían bastante público. Claro que si lo transmiten después de las 24:00, sin que nadie sepa y a horas variables distintas a las anunciadas (cuando se anuncian), pues me parece simplemente un engaño y una falta de respeto al público y a los cineastas.