Conversamos con el director Matías Bize sobre su sexto largometraje En tu piel que fue filmado en República Dominicana y que se acerca a algunos de los temas que ya son permanentes en su cine.
Quiero partir preguntandote por otra película tuya, Lo Bueno de Llorar, porque probablemente sea, en términos de experiencia, quizás lo más parecido a En tu Piel porque son películas que te piden hacer desde el extranjero.
– Si, Lo Bueno de Llorar es una película que yo hice en España. Originalmente me propusieron hacer un corto y yo, al igual que con En Tu Piel, hice una contra propuesta y dije: «No voy a ir a Barcelona a hacer un corto, hagamos un largo». Y así surge Lo Bueno de Llorar que fue una experiencia también increíble, que rodamos el 2006 y que fue una película muy linda, que me trajo muchas alegrías
Es una película acerca de una despedida que se puede ver desde Cinechile.cl.
– Exacto, es sobre el término de una relación de pareja, esa noche la pareja termina vagando por las calles de Barcelona. Es la película quizás más exigente para los espectadores, quizás la más difícil, pero lo divertido es que es la favorita de los fans más radicales.
Todos tus largometrajes tienen que ver con las relaciones románticas, heterosexuales que es básicamente desde donde tu te paras. Inicialmente para En tu piel se te solicita una versión de En la Cama que es la película con la que te diste a conocer al mundo…
– Si, dio la vuelta al mundo. Fue súper lindo lo que pasó con En la Cama . A mi me llega primero una invitación de hacer un remake de En la Cama para Republica Dominicana y les hago una contra propuesta. Les digo: «Mira no me parece tan interesante hacer un remake, yo ya hice la película lo mejor que pude, me representa mucho de esa época, para En la Cama yo tenía 25 años, y estoy varios años más grande. Entonces hagamos una película distinta más madura, más adulta y si, mantengamos el pie forzado que es una pareja de amantes en una única locación». Pero hicimos una película nueva, una historia distinta. Llamé a Julio Rojas, escribimos un guion que nos salió bastante rápido -entre seis meses y un año, que fue el proceso de la escritura-, pero un guion que nos representa a nosotros en la actualidad
Es interesante por que de alguna manera todas tus películas hablan acerca de esta búsqueda por conectar, pero cuando filmaste En la Cama no estaba tan puesto en cuestión el romanticismo heterosexual como lo está hoy en día.
– Finalmente, hablan mucho de la soledad, porque igual estamos súper solos. Este es un momento uno puede estar conversando con 20 personas, en distintas ventanas en su teléfono, y estar súper conectado, pero estar súper solo también. Entonces son películas que abordan también esa temática. En este caso, particularmente, es la historia de dos amantes. Para nosotros el desafío era, primero, no poner ningún juicio en ellos, o sea hacer una historia que nos permitiera quererlos, defenderlos como personaje. Y que sus parejas de la vida de afuera de estas 4 paredes del departamento sean sumamente queribles también
Al igual que En la Cama la película parte con escena de sexo, aunque ahora bastante más explicita, y luego ellos se empiezan a vestir y se preguntan en qué trabajan, y uno se da cuenta de no han hablado casi nada y entonces vamos juntos, público y personajes, descubriendo a este otro y su mundo…
– Si. Es una película en la que la información se va dando de a poquito, algo que ya he venido trabajando con mis películas anteriores. Poco poco uno se empieza a enterar de cosas, y en este caso era súper importante, y un desafío de punto de vista de guion, mantener la atracción por una hora veinte al interior de esta hablación. En ese sentido la dosificación de la información era clave, en qué momento cortábamos y en qué momento ellos también pasan de la atracción física al enamoramiento. El desafío era contarla en una sola locación y dos personas, pero con una estructura que se fuera desarrollando y que fuera llegado a una profundidad de los personajes que era lo que a nosotros nos pareciera interesante
Tu dices que todas tus películas, de una u otra manera, hablan de la soledad y uno también podría decir que todas hablan de la búsqueda de intimidad.
– Si.
Y en estos tiempos, uno podría pensar que, de alguna manera, el sexo casual se ha transformado en un sucedáneo de la intimidad ¿no? Y en lo que vemos con tus personajes es que ellos hacen ese recorrido y, al igual que En la Cama se mantiene, esta lógica de que partimos viéndolos súper expuestos corporalmente, y a medida que se van vistiendo, se van mostrando íntimamente.
– Exactamente, se van poniendo ropa, pero se van desnudando. Es lindo el viaje que hacen estos personajes desde una intimidad física, de una intimidad sexual que efectivamente es la razón por la que exista esta película. Si estos personajes no se hubieran atraído sexualmente no existiría En tu Piel y porque ese es el motor de la primera mitrad de la película y a partir de que se empiezan a involucrar, y la película se empieza a volver más profunda, y los encuentros sexuales empiezan a ser menores.
O empiezan a tener ya otra connotación.
– Exacto. La excusa de ellos es juntarse todos los jueves a tener sexo. Pero ya al final, siento yo, que eso se vuelve una excusa, un refugio emocional.
Matías que ya llevas 15 años largometrajes. Constantemente dices en las entrevistas que haces la película que puedes en ese momento y la historia que te conmueve en ese lugar. Pero me imagino que en este momento de tensión entre los géneros y el advenimiento de lo femenino de esta manera tan interesante, puede ser bastante arriesgado que un varón se pare a hablar de lo romántico.
– Desde el principio me han dicho que mis películas terminan siendo con un lado femenino súper desarrollado, y no se si siempre las protagonistas son las mujeres, pero que llevan bastante la historia.
Ahora yo creo que aquí resistimos la ideología de genero, desde el decir «todos podemos ser sensibles, todos podemos ser pasionales». Entonces tu te abrazas de ese lado que también esta en cualquier ser humano, pero que en general a lo hombres les es harto más vedado.
– Si. A mi me resultan así las películas así. Son todas súper personales, me miro hacia adentro, como para ver de qué quiero hablar
Pero es súper expuesto ese ejercicio.
– Si son súper expuestas, pero es una exposición camuflada. Para conocerme uno ve mis películas y ahí estoy yo así súper expuesto. Mucho más fácil me parece esa exposición que ponerse a hablar y contar cosas personales.
En general tu cine esta cruzado por las colaboraciones que tienes constantemente, Julio Rojas es tu guionista desde el principio, también trabajaste con Arnaldo Rodríguez que también es un colaborador constante, pero tu elenco era nuevo para ti ¿Cómo lograste esa conexión?
– Si. Hace poquito en la avant premier un amigo actor cercano me dijo: «mira que loco, porque ellos actúan como actúan los actores en tus películas». Me lo dijo como un cumplido. Cómo que él sentía que había un tipo de actuación, que encontraba a los dos muy talentosos, muy buenos actores y que sentía que tenían un código que en el fondo era que yo, finalmente, estaba detrás
Tu manera de dirigir de actores…
– A mi me parece interesante que siempre haya una búsqueda de una verdad. O sea yo creo que mas que yo hacer un desarrollo de personajes, busco personas con las que yo sienta una empatía primero personal, que me parezcan interesantes. Luego, ojalá que tenga también un algo en que yo pueda reconocer el dolor del personaje. Tampoco hago un casting buscando sufrimientos en la vida, ni nada. Pero uno necesita que el actor también tenga un cuento, que haya vivido, que tenga una experiencia, que no necesariamente se vaya a transmitir en palabras, pero que se siente en las miradas, en los silencios también
¿Qué fue lo más interesante o desafiante de hacer el ejercicio de filmar en un contexto ajeno?
– Fue súper bonito porque el Dominicano conocido a fuera, el cliché, es muy expresivo, habla muy fuerte, tu caminas por una cuadra en República Dominicana y escuchas música fuerte, la gente habla fuerte …
Muy extrovertido.
– Muy extrovertido, en general los personajes de mis películas son mucho más para adentro, son mucho más silenciosos, miran, piensan, miden las palabras también, lo interesante es que también existe ese personaje en Dominicana. Lo que pasa es que en el cine dominicano no se había visto mucho, existía el más cliché o el que se conoce más. Entonces fue muy bonito que los actores entendieron eso muy rápido. Luego vi algo como de la visualidad del mundo Dominicano, del color, cómo de toda esta cosa caribeña, que era lindo como contrastarlo con mi cine también, que quizás es más de Europa del este, no se si más frío.
Más melancólico, bueno… Chile.
– Exacto, entonces había un cruce que era interesante. Porque la película sucede en un interior entonces quizá hubiera sido mucho más fácil en la playa, una palmera y ahí ya aparecía el caribe, aparecía Dominicana. Nos parecía interesante como en una sola habitación, en este departamento, igual aparecía el Caribe. Teniendo un equipo así, teniendo a estos actores. Aunque, tampoco era una preocupación. Es una historia súper universal que sucede en Republica Dominicana con dos actores dominicanos, pero por ejemplo al poco rato se te olvida el acento y el contexto y te metes en la historia y podría estar sucediendo en Santiago de Chile, en Madrid, en Estados Unidos en cualquier lado y eso a mi me tiene muy orgulloso y siento que es una película súper internacional, como proponen serlo todas las mías.